No cabe duda que donde hay juventud, hay esperanza, y entusiasmo y deseo de arriesgarse contra corriente y de ser sensibles a la hora de estar al lado de otros jóvenes que padecen la desgracia de la pérdida de la libertad y están en prisión. Eso ha vivido y gozado un grupo de veintiséis jóvenes venidos desde diversos puntos de España para compartir una semana de reflexión con jóvenes en prisión dentro del Centro Penitenciario de «Botafuegos» en Algeciras.
Bajo el epígrafe de «Liberación 2014», la Fundación Prolibertas de los Trinitarios, junto con el Equipo de la Pastoral Juvenil trinitaria y la Capellanía de la prisión de Algeciras, se ha organizado este Campo de Trabajo en los días 22 al 26 de julio para compartir con los internos e internas una experiencia de encuentro, diálogo, reflexión y celebración festiva. Las actividades se han desarrollado en seis módulos de la prisión, y en la que han participado cerca de doscientos presos y presas.
Fuera de los módulos se reunieron todos los participantes en el salón de actos para visualizar un cortometraje titulado «El circo de las mariposas», en el que se invita a la lucha por la superación de todo tipo de dificultades de la vida para conseguir la plena integración en la familia y la sociedad. La reflexión por grupos en torno a la conquista de la verdadera libertad que parte desde el interior de cada uno, fue la motivación fuerte para volvernos a reunir y celebrar en la eucaristía las ilusiones y esperanzas, las ganas de luchar por conquistar una auténtica inserción en la vida familiar y social.
Las experiencias vividas en estos días, por parte de los internos y de los jóvenes participantes desde el exterior, han sido profundas y serias. Se han renovado compromisos de buscar otro modo de vivir y de ser persona; se ha descubierto que tras esa careta de estar preso/a se esconde una persona capaz de superar, de luchar, de hacerse. Y eso es lo que nos demandan a nosotros, los que queremos seguir las huellas de Jesús el Libertador, para que siempre estemos dispuestos a salir a las afueras de la ciudad, a los márgenes de la sociedad, donde están las cárceles, para estar ahí a su lado compartiendo con ellos su historia de fracaso, de miedos, de sufrimientos y desarraigos, pero, también, los gozos, las alegrías, las esperanzas y la fe para poder conquistar un futuro digno y en libertad. Ese es el mensaje que han captado los jóvenes participantes en este Campo de Trabajo «Liberación’14», quienes arropados por la presencia y el testimonio del voluntariado de Pastoral Penitenciaria, se han convencido que dando es como se recibe más y con creces.
Agradecemos los desvelos y atenciones recibidas por parte de los miembros de la Dirección de la cárcel, así como del funcionariado, por habernos permitido llegar a realizar este evento siempre complejo y no exento de las dificultades inherentes a la realidad organizativa de una prisión.