Tres personas fueron admitidas para comenzar el itinerario del catecumenado de adultos

Diócesis de Cádiz-Ceuta
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La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

El obispo de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza, admitió en la mañana del 9 de enero, a tres personas al itinerario del catecumenado de adultos provenientes de distintos arciprestazgos de la diócesis. La ceremonia, celebrada en la S.A.I. Catedral de Cádiz, comenzó, según establece el Ritual de Iniciación Cristiana de Adultos (RICA), en el pórtico principal de la seo gaditana, donde el Obispo les preguntó “¿qué pides a la Iglesia de Dios?”, y ellos respondieron “la fe”. “¿Qué te da la fe?”, respondiendo “la vida eterna”.

Posteriormente, Mons. Zornoza les signó en la frente diciendo: “Cristo te fortalece con la señal de su caridad”. En los oídos “para que oigas la voz del Señor”. En los ojos “para que veas la claridad de Dios”. En la boca “para que respondas a la Palabra de Dios”. En el pecho “para que Cristo habite por la fe en tu corazón”. Y en la espalda “para que lleves el suave yugo de Cristo”.

Tras este primer acto los catecúmenos entraron en el primer templo diocesano para participar en celebración de la Eucaristía, hasta la escucha de la Palabra, homilía y preces.

Durante la homilía el obispo diocesano aseguró que «el catecismo nos enseña los frutos del bautismo, nos perdona, nos libra del pecado original, es decir, nos adentra en una comunión insospechada de Dios con el hombre, en una comunión íntima y preciosa, y entramos a formar parte de la Iglesia. Nuestro bautismo no podría entenderse sin el bautismo de Jesús. El bautismo nos abre la puerta de la mayor dignidad del hombre».

Tras la homilía, el prelado entregó a cada uno de los catecúmenos el libro de las lecturas de este tiempo litúrgico, donde se contiene la Palabra de Dios, para que con su lectura y meditación se acerquen cada día más al conocimiento de Jesucristo.

Al finalizar este itinerario catecumenal recibirán los sacramentos del Bautismo, Confirmación y Eucaristía en la celebración de la Vigilia Pascual.

Una celebración llena de vida, que es signo de que nuestra iglesia diocesana se renueva constantemente por la Gracia de Dios y el testimonio de los cristianos.

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