Carta de Mons. Luis J. Argüello:
El periodo estival no es tiempo de paz ni de tregua en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití o en tantos otros lugares del mundo. No podemos permanecer indiferentes ante el prolongado sufrimiento que provocan los guerras y conflictos armados en tantas latitudes. Vivimos en un mundo donde todo está conectado. Urge una alianza de creyentes en favor del evangelio de la vida y la cultura de la paz. Una alianza que invite a la conversión personal y relacional para hacer de cada creyente y comunidad católica un signo e instrumento de la paz de Dios.
Desde la CEE, en sintonía con iniciativas similares en otras Conferencias Episcopales, queremos responder al llamamiento del Papa León XIV a intensificar la oración y las actitudes en favor de la paz. Por eso, además de otras posibles iniciativas, invitamos a intensificar en las celebraciones litúrgicas de cada día la oración por la paz.
Podemos realizarlo a través de los formularios de la Misa «Por la paz y la justicia» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, formularios A o B pág. 1042- 1043) y «En Tiempo de Guerra y Desorden» (Misal Romano, Misas y oraciones por diversas necesidades, n. 30, pág. 1044-1045). En ambos casos se puede utilizar una de las Plegarias eucarística para la reconciliación. También se pueden incluir intenciones especiales en la Liturgia de los Horas para implorar al Señor el don de la paz y la conversión de los violentos. Podrían también organizarse momentos de oración y adoración por la paz.
Para añadir a las preces de laudes:
Tú que eres nuestra paz y has reconciliado en tu cruz a los que estaban divididos, — infunde en el mundo el deseo de concordia y convierte el corazón de quienes siembran violencia.
Para añadir a las preces de vísperas:
Señor, que has querido reunir en un solo pueblo a los dispersos por el pecado, — haz que florezca la paz en la tierra y transforma con tu gracia a quienes obran el mal.
Para añadir a la oración de los fieles de la misa:
Por la paz en el mundo, especialmente en Gaza, Ucrania, Siria, Yemen, Sudán, Haití y en tantos otros lugares heridos por la guerra y la violencia; para que el Señor conceda la
reconciliación a los pueblos enfrentados y convierta el corazón de quienes siembran odio y destrucción. Roguemos al Señor.