Alocución radiofónica semanal de Mons. Rafael Zornoza Boy, Obispo de Cádiz y Ceuta.
Queridos amigos: el papa Francisco ha declarado como año jubilar teresiano el centenario de Santa Teresa, que hemos comenzado el pasado 15 de octubre y que se extenderá hasta el 15 de octubre de 2015, con el fin de celebrar el V Centenario del nacimiento de Teresa de Ahumada (Santa Teresa de Jesús), quien nació en Ávila el 28 de marzo de 1515 y murió en Alba de Tormes (Salamanca), en 1582. Fue beatificada por Pablo V en 1614, canonizada por Gregorio XV en 1622 y nombrada Doctora de la Iglesia Universal por Pablo VI en 1970.
Teresa vivió la época de la contrarreforma y por eso deseaba el retorno de su orden del Carmen a la pureza de sus tiempos primitivos. Contradicciones, resistencias y murmuraciones será todo lo que coseche al principio, pero estaba convencida del amor de Cristo y de sus promesas: «Os aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago y aún mayores».
Después de muchos trabajos invertidos en aquella reforma, que como signo de desprendimiento llamaría Carmelo Descalzo, llegó a sus manos la aprobación del Papa Pío IV y el comienzo de una larga serie de 32 fundaciones de conventos de monjas por muchas ciudades y pueblos de España.
Tuvo en su largo camino una idea fuerza: Conquistar: aquí está su misión clara, concreta, terminante. Conquistar almas, conducirlas, guiarlas, congregarlas al servicio del Señor; ideal que dejó expresado en varios libros, que aún hoy siguen siendo pilares irremplazables de toda auténtica espiritualidad cristiana. Os recomiendo su lectura. Teresa tiene una escribe de modo que capta la atención enseguida, es directa y vivaz, está cargada en cuanto dice de simpatía humana y de mirada sobrenatural que nos hace ver las andanzas de una vida como la suya, con sus luchas y problemas, sus conversiones y sus conversaciones, con sus conquistas. Te lleva de la mano a través de acontecimientos como los nuestros pero vividos de la mano de Dios. Empezando por el libro de su vida y siguiendo por sus demás obras encontraréis una escuela de santidad atractiva y viva.
En el Mensaje que el papa Francisco con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, le ha enviado a Monseñor Jesús García Burillo, Obispo de Ávila, expresa: «En la escuela de la santa andariega aprendemos a ser peregrinos. La imagen del camino puede sintetizar muy bien la lección de su vida y de su obra. Ella entendió su vida como camino de perfección por el que Dios conduce al hombre, morada tras morada, hasta Él y, al mismo tiempo, lo pone en marcha hacia los hombres. ¿Por qué caminos quiere llevarnos el Señor tras las huellas y de la mano de santa Teresa? Quisiera recordar cuatro que me hacen mucho bien: el camino de la alegría, de la oración, de la fraternidad y del propio tiempo personal.»
La concesión de la gracia del Año Jubilar Teresiano, supone una muestra de cercanía y de cariño por la figura de Teresa de Jesús y, además, pone en evidencia el interés personal del Papa en la celebración del V Centenario que supone un aliciente y un impulso a la fe sencilla del pueblo, que en Teresa sigue descubriendo un modelo para su propia vida. Como ya sabéis he concedido las gracias del jubileo a las dos parroquias de Nra Sra del Carmen, en Cádiz y en San Fernando, y a los dos monasterios de Carmelitas Descalzas después que inaugurásemos el domingo pasado el año jubilar solemnemente en la Catedral.
Estamos ante un tiempo especialmente dirigido a la reconciliación, a la solidaridad, a la esperanza y a la justicia social, valores todos ellos que Teresa llevó en su vida y en su legado y que sin duda la identifican como la mujer y la Santa excepcional y universal, cuya enseñanzas son plenamente contemporáneo.
Estoy seguro, y rezo mucho por ello, que este Año Jubilar ayudará a que todas las personas, creyentes o no, puedan conocer y servirse de la espiritualidad de Teresa para vivir mejor consigo mismos y con los demás. Santa Teresa de Jesús: mujer inquieta y andariega, religiosa del Carmelo, maestra de oración y Doctora de la Iglesia: ruega por nosotros, para que seamos: «Amigos fuertes de Dios».
¡Os bendigo de corazón, rezo por vosotros, rezad por mí!
+Rafael Zornoza Boy
Obispo diocesano de Cádiz y Ceuta
