Revista Diocesana «Piedras Vivas»

Carta del Obispo de Cádiz y Ceuta con motivo de la salida en papel de la Revista Diocesana «Piedras Vivas».

Comienza en este número la edición en papel de nuestra revista diocesana «Piedras vivas». Su nombre expresa muy bien su misión: ser canal de comunicación gozosa de todas las realidades que conforman el gran edificio de la Iglesia que camina en Cádiz y Ceuta. En su primera intervención junto a los Cardenales el Santo Padre usaba esta expresión: «Edificar. Edificar la Iglesia. Se habla de piedras: las piedras son consistentes; pero piedras vivas, piedras ungidas por el Espíritu Santo. Edificar la Iglesia, la Esposa de Cristo, sobre la piedra angular que es el mismo Señor. He aquí otro movimiento de nuestra vida: edificar».

Así se refiere el apóstol Pedro a los cristianos: «Vosotros sois «piedras vivas», edificadas sobre el cimiento de los apóstoles» (1Pe 2,5). Esta imagen expresa al mismo tiempo la solidez de la roca y la disponibilidad a ser «colocados» en el lugar y misión que el Padre tiene pensado. Confiar en que es Él quien realmente construye su Iglesia con nosotros. Piedras pero no por la dureza y la inamovilidad sino «piedras ungidas», animadas por la unción del Espíritu Santo que nos hace ser auténtico templo de Dios, lugar de acogida de los hombres, de encuentro con Dios y de alabanza de su Gloria. Se trata pues de dejarse construir para edificar juntos el mundo y la Iglesia del proyecto divino. Edificar con nuestras palabras, actitudes y trabajo. Ser instrumentos de comunión nunca de división. Y esto es el Pueblo de Dios entero. Todos los bautizados. El pasado verano, el Santo Padre les decía a los jóvenes en la JMJ de Río: «En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; y no como una pequeña capilla donde solo cabe un grupito de personas. Nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos»

En la nueva cultura todos tenemos una misión, dejemos que Él construya nuestra vida y nuestra diócesis y compartamos con alegría el testimonio de esta realidad: «Tu Dios está en medio de ti, poderoso salvador. Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor, y baila por ti con gritos de júbilo» (So 3,17) Ésta es, como dice Evagelii gaudium, la fuente de nuestra alegría y de la renovación de su Iglesia (EG 4). Una alegría que no defrauda, el gozo del evangelio que necesita el mundo. Lo mejor que podemos ofrecerle: Jesucristo Resucitado.

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