En la celebración del Corpus Christi

Carta a los fieles de Cádiz y Ceuta, ya próximo el Corpus Christi en honor al Año de la Eucaristía:

 

Me dirijo a vosotros para invitaros a celebrar la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el día del Corpus Christi, con toda solemnidad e intensidad.

En este año dedicado a la Eucaristía, vivimos más profundamente el misterio de la Iglesia, que nace de la Eucaristía, que vive de la Eucaristía, que camina desde la presencia de Cristo hacia el encuentro, al final de los tiempos, con el Señor. “El culmen de este Año de la Eucaristía –como reza el Decreto de apertura de este año– tendrá lugar en la Solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, el Corpus Christi”. También se dice que “se concede la Indulgencia Plenaria a todos y cada uno de los fieles, con las condiciones habituales (confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Sumo Pontífice, con el corazón totalmente desapegado del afecto a cualquier pecado), que participen fervorosamente en la Misa Pontifical y en la Solemne Procesión del Santísimo Corpus Christi”.

Manifestemos todo nuestro amor al Señor que se ha querido quedar con nosotros para acompañarnos con su presencia y para alimentarnos con su Cuerpo y su Sangre. Hemos cuidado más nuestra participación en la liturgia dominical, la Adoración Eucarística, las catequesis con jóvenes adolescentes para profundizar en este sacramento, así como la dimensión cristiana de la caridad que brota del sacramento. Ahora tenemos la oportunidad de adorar públicamente al Señor con mayor convicción y devoción. Preparemos aún más este encuentro con Jesús sacramentado con los actos programados durante la semana anterior.

Cristo en la Eucaristía nos hará sentir su presencia y compañía. “¡Éste es el sacramento de nuestra fe!”, el compendio de vida cristiana donde Dios se da a sí mismo y hace renacer constantemente a la iglesia; es el verdadero Pan “que baja del cielo y da la vida al mundo” (Jn 6,33), el don del Padre a la humanidad hambrienta, a quien pedimos: “Señor, danos siempre de ese Pan” (Jn 6,34).

Que el amor a Cristo nos haga vibrar para dar testimonio público de nuestra fe. Que nuestra participación logre revivir en nosotros los encuentros memorables de nuestra vida junto a Jesús Eucaristía, y, recordando nuestra Primera Comunión y tantas celebraciones de la Misa en momentos cruciales, personales y eclesiales, crezca nuestra fe, esperanza y caridad. Que no falten los consagrados, los movimientos y asociaciones católicas, los confirmados este año, ni los niños que han hecho la Primera Comunión. ¡Que sea la Iglesia entera quien manifieste su afecto al Señor!

Os invito, por tanto, a vivir todos juntos esta fiesta con el afecto, devoción y profundidad que la Eucaristía merece, y a participar en la solemne procesión.

Os bendigo con afecto.

+ Rafael, Obispo de Cádiz y Ceuta

 

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