Día de los abuelos

Carta Pastoral del Obispo de Cádiz, Mons. Antonio Ceballos Atienza, con motivo de la Festividad de San Joaquín y Santa Ana.

Mis queridos diocesanos: 

El día 26 de julio celebra la Iglesia la fiesta de San Joaquín y Santa Ana, abuelos del Niño Jesús. Este día, pues, nace “el día de los abuelos”, como fruto del amor cristiano y de la gratitud humana. Esta festividad es un momento adecuado para celebrar en familia la fiesta de los abuelos. 

1. Importancia de los abuelos en nuestra vida 

La figura de los abuelos en la actualidad es muy importante. El Beato Juan Pablo II declaraba la importancia de los abuelos en nuestra vida, cuando decía: “Es importante que se conserve, o se restablezca donde se haya perdido, un pacto entre las generaciones, de modo que los padres ancianos, llegados al término de su camino, puedan encontrar en sus hijos y nietos la acogida y la solidaridad que ellos le dieron cuando nacieron” (Juan Pablo II, Evangelium vitae). 

Nuestros abuelos son punto de referencia de los primeros actos y sensaciones de  nuestra vida. Gracias a nuestros abuelos vinieron a la vida nuestros padres. Gracias a ellos nosotros hemos vivido nuestras primeras alegrías y primeros cumpleaños y muestras de cariño de nuestros abuelos. Ellos son importantes en la vida de familia y en la sociedad: ellos lo han dado todo por la familia. El libro de los Proverbios nos recuerda: “La corona de los ancianos son sus nietos; la gloria de los hijos, sus padres” (Prov 17,6). 

2. Los abuelos, presencia viva en la familia… 

En la celebración íntima y familiar del Día de los abuelos ellos vuelven a ser protagonistas. Es una extensión justa, y cada día más necesaria del cuarto mandamiento: “Honrarás a tu padre y a tu madre”. 

La figura de los abuelos es realmente una figura emblemática y llena de ternura humana. El Papa Benedicto XVI afirma: “La Iglesia ha prestado siempre una atención particular a los abuelos, reconociendo que constituyen una gran riqueza desde el punto de vista humano y social, así como desde el punto de vista religioso y espiritual. Ojalá que los abuelos vuelvan a ser una presencia viva en la familia, en la Iglesia y en la sociedad”. 

“Álzate ante las canas y honra al anciano” (Lv 19, 32). Honrar a los abuelos supone un triple deber hacia ellos: acoger, asistirlos y valorar sus cualidades. Es preciso convencerse de que es propio de una civilización plenamente humana y cristiana respetar y amar a los abuelos, porque ellos se sienten, a pesar del debilitamiento progresivo de las fuerzas, parte viva de la sociedad.  

3. Gratitud humana y cristiana 

El Día de los abuelos es una ocasión magnífica para mostrarles nuestro agradecimiento. Para ello existen mil formas de hacerlos partícipes de la alegría, el cariño, la ternura y el amor hacia ellos, incluso arrancando de sus rostros fatigados una sonrisa abierta y esperanzadora. 

Este día, agradezcámosle con nuestra cercanía, respeto y alegría, sus esfuerzos, sus múltiples desvelos y su sabiduría; en definitiva, agradezcamosles la vida.  

Os invito a celebrar un año más el Día de los abuelos, y demos gracias a Dios por compartir esta alegría. 

Reza por vosotros, os quiere y bendice, 

+ Antonio Ceballos Atienza
Obispo de Cádiz y Ceuta  

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