El Palacio de Congreso de la capital gaditana acogió, el sábado 3 de febrero, el Pleno General de Hermandades y Cofradías de la diócesis.
Convocado por la Delegación Episcopal de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, la jornada comenzó con una oración a cargo del sacerdote P. Marcos Peña.
Tras unas palabras de bienvenida del alcalde de Cádiz, Bruno García, el consiliario y la vicedelegada de Manos Unidas Cádiz, P. José María Bravo y Rosalina Segovia, presentaron a los cofrades gaditanos la realidad de las personas más pobres del mundo y la labor y los proyectos que esta organización no gubernamental de desarrollo de la Iglesia Católica lleva a cabo en su lucha contra la pobreza. Asimismo, invitaron a todos los representantes de las distintas hermandades y cofradías a colaborar en esta tarea, a través de sus bolsas de caridad, y se comprometieron, desde la delegación, a hacerles llegar toda la información sobre el trabajo continuo que realiza Manos Unidas.
Durante el transcurso del pleno se hizo entrega a cada Hermano Mayor de dos documentos fundamentales. La Carta Pastoral de los Obispos del Sur, titulada María, Estrella de la Evangelización. La fuerza evangelizadora de la piedad popular, que recoge distintas reflexiones de los prelados para, “por un lado, recordar el lugar importantísimo de la piedad popular en la vida cristiana y, por otro ayudar a nuestros fieles a sacar de las propias raíces cristianas las energías para impulsar con toda la Iglesia una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría que brota del encuentro vivo con Jesucristo”.
Precisamente, el doctor en Filosofía y Licenciado en Historia, y jefe de estudios del Seminario San Bartolomé, Miguel Ángel García Mercado, pronunció la ponencia María, Estrella de la Evangelización, en la que mostró la riqueza de esta carta pastoral, que ha de servir de guía de actuación para todos los cofrades que, en este momento histórico, además de sus fines de culto, formación y caridad, han de ser verdaderos agentes de evangelización.
Por otro lado, también se entregó el nuevo compendio de Normas Diocesanas para las Hermandades y Cofradías de la diócesis con las actualizaciones que se han realizado en buena parte de ellas.
Tras un descanso para el café y el rezo del Ángelus, se trataron cuestiones planteadas por las Hermandades y Cofradías, a través de los distintos Consejos Locales.
Antes de la oración final, tuvo lugar la intervención del obispo diocesano. Tras los agradecimientos y un cariñoso recuerdo al anterior delegado episcopal para las Hermandades y Cofradías, Alfonso Caravaca, incidió en los aspectos fundamentales de la carta pastoral María Estrella de la Evangelización, cuyos principios, afirmó, “hay que asumirlos y desarrollarlos en la vida personal y comunitaria de las Cofradías”. Asimismo, exhortó a que este documento se trabaje, se comente y sirva de texto de reflexión en las reuniones de las Juntas de Gobierno, para poder realizar encuentros con todos los hermanos de verdadera formación cofrade, pues va al fondo del compromiso para vivir su vocación.
“La supervivencia de las hermandades depende de su identidad cristiana. Su vida debe ir dirigida a una vocación evangelizadora que dé impulso y las revitalice. En este mundo individualista, sólo el hecho de ser Hermandad ya es importante, pero esto ha de ser la puerta de entrada para evangelizar, especialmente, a tantos jóvenes que se acercan a ellas”, aseguró el prelado.
Por otro lado, también mostró su agradecimiento, tanto por el esfuerzo para realizar el compendio de Normas Diocesanas que, si bien son importantes, no sustituyen al sentido cristiano y al espíritu fraterno que debe presidir la convivencia de los hermanos.
Igualmente destacó la buena participación en los cursos de formación, en los que están participando centenares de cofrades. “Sin esa formación doctrinal surgen problemas en cuanto a la manera de proceder”.
La parte final de su intervención estuvo destinada a la presentación del Año de la Eucaristía, que celebramos en este 2024. “La eucaristía como fuente de la que ha de surgir toda actividad. Sin la eucaristía no podemos vivir ni crecer en la fe. Y, en este sentido, debemos respetar y celebrar el Día del Señor”.
Así, el obispo diocesano pidió a los cofrades una celebración de la festividad de Corpus Christi más fervorosa y más litúrgica, con una semana previa que sirva de preparación, formativa y espiritual, para ese gran momento. “En esta cuaresma, ya cercana, la expresión de nuestro amor a la eucaristía debe expresarse en una activación de los cultos internos de las hermandades, con el acompañamiento pastoral de los directores espirituales”.
Por último, D. Rafael tocaba el corazón de todos los asistentes: “No olvidéis que tenéis a vuestro cuidado la piedad popular, ese gran patrimonio de la Iglesia, un lugar teológico que hoy debe estar al servicio de la nueva evangelización, que exige ser vivido fielmente en plena comunión con la Iglesia Católica, con toda su fuerza evangélica y eclesial, como antídoto a la secularización de la sociedad. Tenéis una fuerte responsabilidad en la transmisión de la fe -hacia dentro y hacia afuera- para ser portadores de esperanza y llegar a ser cada hermandad una verdadera escuela de vida cristiana”.
El pleno, que no se celebraba desde el año 2020 a causa de la pandemia, finalizó con un encuentro de confraternidad entre los asistentes.
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