Un grupo de seminaristas de nuestra diócesis se encuentra estos días en Roma con motivo de la celebración del Jubileo de los Seminaristas, enmarcado en las celebraciones del Año Santo convocado por el Papa. La peregrinación, que comenzó ayer lunes y se extenderá hasta mañana miércoles, está encabezada por el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza Boy, y cuenta con la participación de los seminaristas del Seminario Diocesano San Bartolomé y del Seminario Misionero Redemptoris Mater, acompañados por los rectores de ambas casas de formación.
El intenso itinerario espiritual que están siguiendo comenzó con el rezo de Laudes en la Casa de las Suore Povere di San Giuseppe y continuó con una visita y celebración de la Santa Misa en las Catacumbas de San Calixto. Posteriormente, realizaron oración y subida de la Scala Santa, seguida por el paso por la Puerta Santa y la oración del Credo en la Basílica de San Juan de Letrán, primera de las cuatro basílicas mayores de Roma.
Durante la jornada de ayer también participaron en el encuentro de acogida de los seminaristas del mundo entero en la Basílica de San Pablo Extramuros, donde se celebró el rezo del Rosario y un concierto del Coro Diocesano de Roma, bajo la dirección del reconocido maestro Marco Frisina.
Hoy martes, los seminaristas recorren la Via della Conciliazione en peregrinación hacia la Basílica de San Pedro, donde cruzarán la Puerta Santa, recibirán catequesis del Papa León XIV, participarán en la celebración de la Eucaristía y visitarán los Museos Vaticanos. También está prevista su presencia en la Iglesia de Santa María de Montserrat de los Españoles, donde se celebrarán momentos de oración, confesión y una nueva Eucaristía.
Por su parte, el obispo diocesano, Mons. Rafael Zornoza, participará mañana miércoles en las actividades del Jubileo de los Obispos. Entre ellas se incluyen la peregrinación y cruce de la Puerta Santa en San Juan de Letrán, la asistencia a la Santa Misa jubilar, una meditación del Santo Padre y un almuerzo con la Comunidad Neocatecumenal de Roma.
Esta peregrinación supone un momento de gracia y comunión para los futuros sacerdotes de la diócesis, que están viviendo en Roma una experiencia única de fe, fraternidad y cercanía con la Iglesia universal en este Año Santo.