Otro año más la Virgen de Fátima cruzó los muros del Centro Penitenciario de Botafuegos (Algeciras), para abrazar y guardar en su Inmaculado Corazón a sus hijos privados de libertad. Los internos de Botafuegos han estado preparándose durante algunos días para poder consagrarse a la Virgen María.
Durante la pandemia, se ha celebrado la Santa Misa en la prisión dentro de la capilla de forma modular, para garantizar las medidas de seguridad. El pasado sábado 15, por primera vez tras catorce meses, el salón de actos se convertía en la casa del Señor, celebrando la Eucaristía con todos los módulos de la prisión. La llegada de la Virgen a la prisión se convirtió en una acción de gracias y al mismo tiempo, un estímulo de ayuda y confianza en Dios.
Tras la celebración de la Santa Misa, se vivió una pequeña adoración a Jesús Sacramentado, donde el Capellán Trinitario del centro pudo consagrar a 128 internos al Corazón de María. Se pidió por todos los privados de libertad en especial por los enfermos y todas las madres.
Al terminar la celebración, y tras venerar la imagen de la Virgen, la Pastoral Penitenciaria regaló a los internos un kit mariano (Rosario, díptico del rosario, detente, medalla milagrosa, y varias estampas de la Virgen), para que en su día a día experimenten el amor maternal de la madre de Jesús.
Sin duda alguna la Virgen fue repartiendo gracias y bendiciones a todos los internos que se prepararon para la celebración.
Desde el Secretariado de Pastoral Penitenciaria, se pide que tener en nuestras oraciones a todos los privados de libertad en especialmente los de nuestra diócesis Cádiz-Ceuta.
La Pastoral Penitenciaria agradece a un grupo de voluntarios que vinieron del exterior, para solemnizar la celebración con sus cantos y compartir la fe con nuestros hermanos más necesitados.