Las hermanas Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento celebraron el pasado martes, 22 de junio, el 70 aniversario de la Aprobación Pontificia y 40 aniversario de la partida a la casa del Padre de su fundadora, la Beata Madre María Inés Teresa.
La ceremonia, presidida por el P. Richard Charles Martínez, en la Parroquia Nuestra Señora del Socorro, en Benalup-Casas Viejas, contó con miembros de la congregación, fieles y personas cercanas al trabajo de las hermanas Clarisas.
Además, durante la celebración, se aprovechó para dar la bienvenida a un nuevo miembro de la familia misionera, Dña. María Isabel Bernabeu, quien hizo su compromiso como misionera laica, comprometiéndose a vivir para Cristo, como es el lema del grupo Vanclar, dando testimonio de Dios en los lugares en que se encuentre.
Las misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento llegaron a Benalup-Casas Viejas el 5 de febrero del 2020. Bajo su vocación de santidad, su labor se centra en: Catequesis de primera comunión, formación de catequistas, catequesis de confirmación a adolescentes y adultos, visita a enfermos, llevándoles la comunión, y animación en las Misas con los cantos.
Beata Madre María Inés Teresa
En 1945 salió a fundar la Congregación de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento y nos expresa de esta forma su sentir: “Fue para mi alma una garantía muy grande contar con la aprobación de mi superiora y de todo el Consejo de la comunidad. El Excelentísimo señor Don Francisco González Arias, obispo de Cuernavaca, al escuchar mis deseos de fundar una obra misionera, la aceptó desde el primer momento y él envió a la Santa Sede las Preces solicitando el permiso.
El 22 de junio de 1951, la Santa Sede concede la transformación de Clarisas de clausura en una Congregación Misionera de Derecho Pontificio, con el nombre de Misioneras Clarisas del Santísimo Sacramento; con el Instituto nace también Vanguardias Clarisas (Vanclar) misioneros seglares.
En 1951, habiendo recibido el documento de la aprobación pontificia de la fundación, envió las primeras misioneras «ad gentes» a distintas partes del mundo. Todas ellas impregnadas del mismo espíritu de su Fundadora, ardiendo en celo apostólico, ofreciéndose a sí mismas por la salvación de las almas.
El lema «OPORTET ILLUM REGNARE» (Urge que Él Reine) expresa la misión de la Misionera Clarisa del Santísimo Sacramento, quien toma como algo muy propio el deber de evangelizar, compartiendo la responsabilidad de la Iglesia de dar a conocer el mensaje evangélico a toda criatura humana de todas las condiciones sociales, culturales y económicas, sin importar su raza o creencias.
En esa actitud de dar a conocer la misericordia de Dios a todos, la misionera clarisa, en una vida contemplativa-activa, se desempeña en los distintos apostolados específicos de la congregación, testimonia el amor fraterno, siempre en un espíritu de comprensión y servicio, vividos en amor y paz, siendo la caridad lo que la impulsa a vivir ya no para sí, sino para toda alma necesitada. Con el único fin de llevar el Evangelio de Cristo dando gloria a Dios, vive sus votos, de castidad, pobreza y obediencia, ofreciéndose desde su ingreso por la salvación de las almas, viviendo conforme al carisma de su Fundadora y sus Constituciones aprobadas por la Santa Sede.