El obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, Mons. Rafael Zornoza Boy, presidió, la mañana del domingo 6 de junio, en la Catedral de Cádiz, el Pontifical con motivo de la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Por segundo año consecutivo, debido a la pandemia de la Covid-19, no hubo cultos externos durante la celebración del Corpus Christi. En su lugar, y como ya ocurriera el pasado año, se celebró una procesión claustral con la custodia de Ana de Viya. Como novedad, pudieron verse varias capillas adornadas por distintas hermandades y cofradías. En una de ellas, estuvo presente la patrona de la ciudad, representada con una pequeña imagen de Nuestra Señora del Rosario, perteneciente al convento de Santo Domingo. Además, durante el cortejo, acompañando a la custodia, se estrenaron cuatro faroles de mano, recientemente restaurados.
Así, con un aforo limitado a 220 personas y cumpliendo todas las medidas higiénico-sanitarias, además de los fieles que asistieron, hubo representación de autoridades civiles y militares, sacerdotes y religiosos, Secretariado de Hermandades, Consejo de Hermandades, hermanos mayores, algunos estamentos e instituciones laicas y colegios religiosos.
Durante la ceremonia, que contó con el acompañamiento musical de la coral Virelay, Mons. Rafael Zornoza lamentó que un año más la presencia de fieles fuera limitada y que la custodia no recorriera las calles de la ciudad. “El Señor anima y bendice hoy nuestra fe, que no puede manifestarse por las calles con la belleza y la fantasía de otros años, pero sigue bendiciéndonos porque conoce nuestros dolores, empeños, trabajos… por perseverar como discípulos, por confesarle en público y en privado”.
El obispo diocesano hizo hincapié en la importancia de la participación en la Eucaristía. “La Eucaristía nos adentra en este acto oblativo de Jesús, que tiene un carácter social porque en la comunión sacramental yo quedo unido al Señor como todos los demás que comulgan, y así todos formamos un solo cuerpo. Es necesario experimentar cotidianamente que Jesús es el mediador de la nueva alianza. Es fundamental que se transmita en todo momento, sobre todo en los procesos catequéticos, que Cristo está verdaderamente presente en la Eucaristía. Es imprescindible educar en la celebración fructuosa de la Eucaristía, en la participación de la Santa Misa, para que el encuentro con el Resucitado dé sentido y fuerza a nuestra fe en la vida de cada día”.
En este día en el que también se celebra el Día de la Caridad, el obispo diocesano afirmó que “Jesús en la Eucaristía nos contagia la caridad. La Eucaristía es fermento de solidaridad en el mundo”. En este sentido, Mons. Zornoza puso de relieve la labor que está realizando Cáritas durante esta pandemia. “Cáritas llama nuestra atención sobre las necesidades concretas de nuestros hermanos pobres. La solidaridad de nuestros colaboradores y donantes nos ha permitido estar cerca de los desfavorecidos y más necesitados, sobre todo en los momentos más graves de la crisis”.
El prelado agradeció a “los misioneros de la caridad” los muchos esfuerzos que están haciendo por los necesitados a través de Cáritas, sus voluntarios y trabajadores, las cofradías y a todas aquellas asociaciones que están cerca de estas personas.
Tras la celebración eucarística, tuvo lugar la procesión claustral con el Santísimo en la Custodia de Ana de Viya. Durante la misma, representantes del clero, de las Hermandades y Cofradías, y autoridades civiles y militares, acompañaron a la custodia hasta la puerta principal del templo, donde Mons. Zornoza impartió la bendición hacia el exterior de la Catedral, para después hacer lo propio desde el altar mayor con el resto de asistentes a la ceremonia.
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