La tarde del pasado domingo, 26 de enero, marcó la conclusión de los Ejercicios Espirituales organizados por la Parroquia de San Severiano de Cádiz, los cuales se han venido celebrando en la Casa de Ejercicios de la Inmaculada, en El Puerto de Santa María. Estos días de retiro y reflexión espiritual fueron dirigidos por el P. Félix del Valle, formador de los Seminarios de Toledo y Cádiz.
Durante los días de los ejercicios, el P. Félix del Valle ha guiado a los participantes en un recorrido meditativo centrado en la fe como el camino esencial para reconocer a Jesucristo, quien, según sus palabras, «viene a nosotros para santificarnos.» A lo largo de las sesiones, el sacerdote destacó cómo Dios se hace presente en diversas formas, tales como los sacramentos, la Iglesia, la contemplación de la Palabra y las experiencias cotidianas de la vida.
El P. Félix definió el ejercicio espiritual como una «inmersión total de convivencia a solas con Jesucristo», un proceso posible gracias al ambiente de silencio que se creó en el retiro. Este espacio de quietud permitió a los participantes encontrar el espacio necesario para hablar y escuchar al Señor, sin distracciones externas.
Uno de los puntos clave de las meditaciones fue la importancia de reconocer que, a través de la fe, se puede experimentar la presencia de Dios en cada rincón de la vida. En su intervención, el P. Félix recordó que el encuentro con Dios no se reduce a una experiencia emocional, sino que es una realidad profunda y transformadora. «Rezar es estar con Él y vivir del amor que nos tiene», afirmó, explicando que el llamado de Dios a la santidad es un camino hacia una vida más plena, marcada por el servicio a los demás y la apertura al amor divino.
En su intervención final, el sacerdote subrayó que, al descubrir que estamos habitados por Dios, nuestra vida se transforma y se llena de sentido. «Estamos llamados a ser santos, ser otro Cristo. Para esto hemos sido creados», añadió, invitando a los participantes a llevar esa experiencia de cercanía a Dios en su vida cotidiana.
La jornada de clausura concluyó con un almuerzo comunitario tras la celebración de la Eucaristía, en la que participaron el P. Félix del Valle y el P. Antonio Diufaín, párroco de San Severiano. La misa, concelebrada por ambos sacerdotes, puso el broche de oro a unos días de profunda reflexión espiritual que han dejado una huella duradera en los participantes.
La Parroquia de San Severiano expresó su agradecimiento por la oportunidad de vivir esta experiencia de encuentro con Dios, que, según los organizadores, ha fortalecido la fe de los asistentes y promovido la unidad dentro de la comunidad cristiana.