La Diócesis de Cádiz y Ceuta, a través del Secretariado Diocesano de Personas Mayores, ha participado en el Congreso Internacional organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, los días 2 al 4 de octubre, junto a 150 delegados de 65 países y de 55 Conferencias Episcopales.
En palabras del cardenal Kevin Farrell, el Congreso se celebra porque sentimos la urgencia de desarrollar juntos respuestas pastorales específicas para esta nueva realidad, para compartir experiencias e identificar caminos adecuados.
En su discurso introductorio, si bien constató la intensificación de la atención pastoral a las personas mayores durante el pontificado del Papa Francisco, subrayó también el largo camino eclesial anterior que lo respalda. Y el siguiente paso es, dijo, “promover el florecimiento de la pastoral de las personas mayores”.
La prolongación de la vida es uno de los signos que caracterizan el cambio de época. Como Iglesia, no vemos la longevidad como una emergencia social que deba gestionarse. Tampoco como una enfermedad. Lo que vemos es una nueva oportunidad, un tiempo de gracia, un enriquecimiento.
El Papa León recibió en audiencia a los participantes del Congreso. Tuvo palabras de consuelo y esperanza para las personas mayores
y de aliento para esta pastoral, que debe ser evangelizadora y misionera. Es importante –señaló- identificar un lenguaje y propuestas adecuadas.
También lamentó las fracturas y oposiciones que enfrentan en nuestro tiempo a las generaciones. Frente a esta dialéctica de conflicto, el Papa consideró la prolongación de la vida como un signo de esperanza y un fenómeno histórico sin precedentes que nos llama a un nuevo ejercicio de discernimiento y comprensión. Envejecer forma parte de la maravilla que somos. Esta fragilidad, si tenemos el coraje de reconocerla, de abrazarla y cuidarla, es un puente hacia el cielo.
Mª del Mar Manuz Leal, directora del Secretariado Diocesano, aprovechó la audiencia para hacer entrega al Papa del último ejemplar de la revista elaborada por el Secretariado con ocasión de la V Jornada de los Abuelos y Mayores, ya enviada a todas las parroquias de la Diócesis siguiendo las recomendaciones del Dicasterio.
El Congreso, que comenzó el día de los Santos Ángeles Custodios y terminó el día de S. Francisco de Asís, ha sido una auténtica ocasión de comunión y oración, y ha propiciado el análisis, la reflexión y el trabajo conjunto sobre prioridades e iniciativas pastorales. Las conclusiones fueron sintetizadas en la clausura por Monseñor Dario Gervasi, en cinco puntos:
- La vejez es una bendición y el alargamiento de la vida un signo de esperanza, aunque nos lleve a un ejercicio de nuevo discernimiento.
- Para que sea percibida como don, los vínculos entre las distintas generaciones deben fortalecerse y hacerse más visibles.
- En la vida eclesial, estamos llamados a lazos más efectivos y afectivos con las personas mayores.
- La longevidad ofrece una nueva oportunidad de evangelizar en situaciones en las que el valor de la existencia se supedita a su productividad (suicidio asistido, eutanasia…)
- Necesidad de que la pastoral llegue y crezca en todas las comunidades, fomentando la formación y sensibilización de los agentes de pastoral, las familias y los sacerdotes.