El Oratorio de San Felipe Neri, lugar de fe, arte e historia abierto a todos

Diócesis de Cádiz-Ceuta
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La diócesis de Cádiz y Ceuta es el resultado de la unión de la Gadicensis y Septensis bajo un único obispo titular, proceso que se inició en 1857 y culminó en 1933. Es sufragánea de la Archidiócesis de Sevilla y no tiene enclaves territoriales en otras diócesis ni de otras en su demarcación.

Ante la reapertura del Oratorio de San Felipe Neri, hablamos con el Delegado Episcopal para el Patrimonio Histórico-Artístico de la diócesis de Cádiz y Ceuta, R.D. David Gutiérrez Domínguez.

El 11 de junio de 2012 fue nombrado Delegado Episcopal para el Patrimonio Cultural de la Iglesia, ¿cómo han sido los primeros meses de esta nueva andadura?

Ha sido realmente apasionante. Tengo que confesar que el Arte Sacro es una de las grandes pasiones de mi vida y a la que he dedicado muchas horas. Desde que realicé el máster en Patrimonio Cultural de la Iglesia he venido colaborando en esta delegación diocesana, primero como miembro de la Comisión permanente y luego como Subdelegado. En este tiempo he ido conociendo su funcionamiento interno, con actitud de aprendizaje. El pasado 11 de junio D. Rafael, nuestro obispo, me confió la responsabilidad de hacerme cargo de la delegación. Con verdadero espíritu eclesial, asumí este cargo de confianza con agradecimiento y, a la vez, con humildad, por mi falta de experiencia. En estos primeros meses me ha tocado coordinar las Jornadas Nacionales de Patrimonio, organizadas por la Conferencia Episcopal, las Jornadas Presencia y Memoria sobre el papel de la Iglesia en las Cortes de Cádiz, además del trabajo ordinario de la delegación, referentes a restauraciones y nuevas adquisiciones de imágenes sagradas, entre otros temas de urgencia. Todo esto lo tengo que compaginar con mis tareas pastorales en Medina Sidonia.

¿Para este Año de la Fe ha habido o habrá iniciativas particulares en su delegación?

Hemos colaborado con la Delegación Fe y Cultura en la creación de unas rutas religiosas y culturales que engloban los principales lugares y templos de nuestra diócesis y que se articulan en una serie de capítulos temáticos referentes a la fe cristiana. Esperamos que se puedan presentar dichos itinerarios el próximo mes de febrero y que todos puedan disfrutar contemplando la fe convertida en arte.

El patrimonio de la Iglesia tiene un contenido catequético muy fuerte. Detrás de una imagen o un cuadro está la fe de la Iglesia. ¿Hay proyectos o iniciativas que den a conocer, aún más, el patrimonio cultural diocesano?

Por supuesto. San Juan Damasceno, personaje importantísimo dentro de la historia del Arte Sacro y que vivió en el s. VIII, decía que «el arte es un lazarillo que nos lleva de la mano hacia Dios». La Iglesia es consciente de ello y es por lo que tenemos algunas iniciativas para sacar la enorme carga evangelizadora que posee. A corto plazo, queremos recorrer, en este Año de la Fe, toda la diócesis impartiendo conferencias, con imágenes y textos, sobre las obras de arte que expresan los distintos artículos del Credo. A más largo plazo, estamos trabajando en la creación de una escuela diocesana de Arte Sacro que ayude a la formación de personas que quieran dedicar su tiempo a trabajar en la «Pastoral del Arte», siendo guías de nuestros templos con conocimientos artísticos y catequéticos.

Los orígenes de la iglesia diocesana están con los Santos Mártires de Medina, siguiendo por la ermita de San Ambrosio en Vejer o la ciudad romana de Carteya, donde se localiza el origen de la fe en nuestra tierra con la predicación de San Hiscio. ¿Existe una ruta qué recorra estos lugares y qué pueda ser ofrecida al que nos visita?

Como decía, al referirme a las iniciativas de nuestra delegación de cara al Año de la Fe, hemos seleccionado cinco rutas que llevan los siguientes nombres: Los Pilares de la Fe; María, Maestra de la Fe; Los Santos, Testigos de la Fe; Los orígenes de nuestra Fe; y El Magisterio de la Fe. En estas rutas se podrán visitar lugares tan importantes como las tres catedrales de nuestra diócesis, las dos de Cádiz y la de Ceuta, la Iglesia Mayor de Medina Sidonia, los Santuarios Marianos,… En cada lugar el visitante podrá comprobar, de primera mano, la catequesis de fe que guardan nuestros templos, imágenes y retablos.

El patrimonio es uno de los principales activos turísticos, ¿cree qué está suficientemente bien explotado en nuestra diócesis?

La Delegación para el Patrimonio viene trabajando, desde hace muchos años, por sacar el máximo partido a nuestro patrimonio diocesano. Ahí están los éxitos obtenidos de las exposiciones celebradas, restauraciones e iniciativas. Se ha hecho un buen trabajo que hay que seguir manteniendo y enriqueciendo más si cabe. Personalmente, creo que el patrimonio gaditano está aún por descubrir y valorar, mucho más en los pueblos que en la capital, y es labor de esta delegación trabajar incansablemente para evitar este olvido.

¿Cómo valora el papel que ha jugado el Oratorio de San Felipe Neri, una vez finalizado el Bicentenario de las Cortes de Cádiz?

Con gran satisfacción. Las innumerables visitas en este año y los eventos que se han celebrado aquí han dejado un recuerdo imborrable para todos y han servido para lanzar la imagen de una ciudad internacional, con un gran peso histórico y político en el pasado y con gran proyección para el futuro. El Consorcio para el Bicentenario ha hecho un esfuerzo impagable que todos debemos agradecer.

Una vez terminadas estas celebraciones bicentenarias, ¿qué porvenir tiene esta espléndida iglesia en el centro de Cádiz?

San Felipe Neri es un referente para todos los gaditanos y un lugar atractivo para los visitantes y turistas. Nuestra idea es que siga abierto a los visitantes, manteniendo su uso religioso y, cuando sea necesario, también a otras celebraciones civiles. Seguirá siendo lo que siempre ha sido. No hay que olvidar que el Oratorio de San Felipe Neri es ante todo un edificio religioso. El Oratorio era ya un edificio religioso, lo fue durante la celebración de las Cortes y lo será, también, después del bicentenario.

Este año ya se han celebrado algunos actos litúrgicos, ¿seguirá teniendo culto abierto y público el Oratorio?

Lógicamente tendrá culto como corresponde a una iglesia. Aquí hicieron su primera comunión, se casaron, y celebraban su fe muchos gaditanos. A muchos visitantes les impresiona asistir a misa donde lo hacían, a diario, los diputados de las cortes. De momento, comenzaremos, ya desde el próximo domingo, con la misa a la una de la tarde.

También el Oratorio ha sido un marco maravilloso para innumerables conciertos, conferencias y congresos de diversa índole, ¿cómo ve el Obispado estos acontecimientos?

Puedo decirle, sin ninguna reserva, que asumimos esta propuesta de modo enteramente positivo y deseable. Me parece que es un templo especialmente indicado para establecer ese diálogo fe y cultura que nos une en la búsqueda de la verdad y de la convivencia. Además, las condiciones de espacio y acústicas lo hacen especialmente apropiado. Es cierto también, que en este entorno bellísimo es más fácil profundizar en las raíces del arte cristiano. Tenemos ya muchas propuestas para nuevos conciertos y ciclos de conferencias.

La restauración que se ha realizado en el Oratorio ha sido de gran envergadura. ¿Ha sido una obra muy costosa económicamente? ¿Cómo se financió?

La diócesis está muy agradecida a las administraciones públicas por su colaboración en la restauración del edificio. Por nuestra parte, hemos cedido su uso durante el año pasado al Consorcio del Bicentenario y se ha cedido por 30 años el edificio anexo, donde actualmente se encuentra el Centro de Interpretación de la Constitución de Cádiz. Los casi cuatrocientos actos oficiales realizados, entre los que destaca la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado, hacían necesaria esa intervención.

Tenemos entendido que hay algunas propuestas para la utilización conjunta del templo con las instituciones del consorcio, ¿cuáles son, si las hay?

En efecto. Se nos ha planteado una propuesta aún muy general que habrá que precisar por parte de todas las instituciones implicadas, donde están, junto con el Obispado, la diputación y los ayuntamientos con lugares relacionados con la Constitución de 1812. Es evidente que estamos abiertos a todo, siempre que se respete el carácter sagrado del lugar y su fin principal. Es una satisfacción para el Obispado que se pueda contar con el Oratorio para estos encuentros que fomentan la convivencia social y la propuesta cultural. Hasta ahora las condiciones puestas por la Junta para la restauración, estipuladas contractualmente, han sido escrupulosamente cumplidas por la diócesis en todo momento y hasta el día de hoy. El Obispado no se opone a ningún acuerdo para el uso compartido con ninguna autoridad regional, provincial o local.

Quisiera terminar diciendo que la Delegación para el Patrimonio de nuestra diócesis trabajará a fondo por quitar el «peor xilófago» de nuestras obras artísticas, que es la ignorancia religiosa, que olvida la fe profunda que existe detrás de estas obras, que fueron realizadas para dar Gloria de Dios y para servir de medio de anuncio de la Buena Noticia de Cristo para la humanidad.

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