En Manos Unidas de Cádiz.
Nada más conocerse la noticia del devastador terremoto que el martes sacudió con extremada violencia la región más occidental de Haití, Manos Unidas ha abierto una cuenta de emergencia para paliar los graves daños que ha causado el seísmo, sobre todo en Puerto Príncipe, convertida, ahora, en ruinas y polvo.
Las pocas noticias que nos llegan desde Haití, el país más pobre del hemisferio occidental, no dan lugar a la esperanza. Todavía es pronto para hablar de víctimas mortales, aunque algunas fuentes hablan ya de miles de muertos y desaparecidos. Los daños materiales son inconmensurables: viviendas destruidas, carreteras inexistentes, oscuridad y caos.
El temblor, cuyo epicentro se situó cerca de Puerto Príncipe, una ciudad con 2 millones de habitantes, se ha calificado ya como uno de los más fuertes sufridos en esa zona del mundo en la última década.