Siguiendo el lema del C. Newman, «el corazón habla al corazón», la nueva experiencia ha sido compartida con gran satisfacción por un círculo formado entre residentes, una cuidadora profesional del centro y miembros del equipo del Secretariado diocesano.
A través de vivencias y reflexiones personales, el círculo ha profundizado a lo largo de tres semanas en los carismas de la tercera edad y en la amplia perspectiva que en este momento de la existencia se tiene para poder hacer balance vital.
Los ejercicios realizados han hecho aflorar los recursos personales que se adquieren en una larga vida. A la luz de la fe, la puesta en común de los distintos testimonios ha logrado enriquecer los enfoques, en un clima de profundidad espiritual y calor humano.
El tiempo compartido ha sido cauce para expresar cómo el corazón anciano está lleno de memoria, trabajo, sacrificios, añoranzas y esperanzas, cicatrices, amores y devoción. Posee una valiosa enseñanza para aportar y no quiere sólo sobrevivir, sino VIVIR sin dejar de crecer, dando y recibiendo, día a día.
A través de su directora, María del Mar Manuz, el Secretariado del Mayor expresa su gratitud con toda la comunidad que conforma la Residencia San Lázaro por esta oportunidad de Encuentro, “de la que salimos todos renovados”.

