El Secretariado Diocesano de Personas Mayores lanza este manifiesto con motivo del Día Internacional de las Personas de Edad:
Hoy, Día Internacional de las Personas de Edad, el lema de su 34ª conmemoración para las Naciones Unidas es el de «Envejecer con dignidad: reforzar los sistemas de atención y asistencia a las personas mayores en todo el mundo«.
Desde el Secretariado Diocesano de Personas Mayores, nos unimos al reconocimiento que supone este día. Entendemos el compromiso de atender con servicios integrales a la persona cuando envejece como un compromiso necesario de toda la comunidad, que hemos de asumir personalmente todos los que pertenecemos a ella, con verdad, coherencia y efectividad.
- “Personalmente”
Cuidar de la persona al hacerse mayor no afecta sólo al ámbito de los servicios públicos, su apoyo es imprescindible, pero no puede eclipsar ni sustituir el cuidado que personal y familiarmente la persona mayor espera de su entorno particular, especialmente en el ámbito más íntimo y profundamente humano del afecto y del encuentro que restaura de las soledades. Compartimos tiempo, recuerdos, comprensión, esperanzas, gratitud, heridas, consuelo. Vida.
- Con “verdad”
Asumir con verdad el compromiso de atención a las personas de edad avanzada requiere afrontar la realidad natural ineludible del envejecimiento y la vulnerabilidad, mirando la vejez que no queremos ver, desmontando espejismos de eterna juventud y responsabilizándonos todas las generaciones. Mayores del presente y mayores del futuro, necesitados o no, todos estamos llamados a defender este compromiso humanitario de dignidad básica.
- Con “coherencia”
La concepción del cuidado ha de incorporar el desarrollo espiritual y el pleno respeto a los valores y creencias religiosas de la persona mayor. Una atención que se reduzca al aspecto material, sanitario o social, ni es suficiente, ni es adecuada. Orillar o ignorar el cuidado espiritual de la persona y la asistencia religiosa es incoherente con una necesidad humana esencial, que en la etapa de madurez de la vida suele aflorar con más intensidad y riqueza.
La coherencia debe darse, además, en el sistema entero de cuidados a la persona mayor, lo que exige congruencia interna de leyes y recursos. En este sentido, constituye una grave incoherencia con el derecho al cuidado de la persona mayor configurar la eutanasia como un derecho subjetivo, y sin antes ofrecer servicios adecuados y accesibles de atención y asistencia, porque con ello se ha introducido presión social para que los ancianos más vulnerables teman haberse convertido en una carga para quienes los rodean y, forzados, accedan a poner un triste e injusto fin a sus vidas.
- Con “efectividad”
Para ser efectiva, la atención y asistencia pública a la persona mayor necesita reformarse para ampliar los recursos, simplificar el acceso a ellos y agilizarlos, en correspondencia a las necesidades reales. En el ámbito personal y familiar, un cuidado efectivo es el que mantiene la constancia del acompañamiento y consigue hacer de él un instrumento de mutua transformación interior, un espacio abierto al magisterio de la fragilidad y a Dios, Absoluto sostenedor de todo y todos.
Con verdadero respeto, expresamos en este día nuestra gratitud con todas las generaciones que nos preceden y que en su día cuidaron de los más jóvenes. Cuidemos dignamente de la persona en su vejez. Acompañémoslas y no dejemos de aprender de su sabiduría de vida, de la fe que nos transmiten. Feliz día a todas las generaciones actuales y futuras de personas mayores. Gracias por vuestros desvelos y vuestro amor. Que Dios os bendiga.