Segunda Conferencia a cargo del profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca, Francisco García Martínez. Los grandes pilares de la acción parroquial, como son la catequesis, la liturgia o la caridad, han sido hoy fundamento de la intervención del profesor Francisco García, quien ha abordado la segunda de las conferencias programadas en la XX Semana de Teología que organiza el Obispado de Asidonia-Jerez. Bajo la presidencia de Monseñor Mazuelos, Obispo diocesano, y tras la presentación de José Manuel Sánchez-Romero, director del ISCRA, el ponente, que se dirigió por la mañana a los sacerdotes y por la tarde a los laicos, señaló que «esos pilares están desestructurados por un cambio social importante, la parroquia está ahora apoyada en una sociedad no cristiana». García Martínez añadió que «una ruptura de la forma de identidad, y no solo la cristiana, que está afectando también a las dimensiones de la vida parroquial». Por ello consideró básico «asumir donde estamos y posteriormente reestructurar buscando la finalidad de la parroquia que, sinceramente, creo que hoy en día no está muy claro» añadió en su intervención. El ponente, al desglosar esos pilares, dijo que él, por ejemplo, prefería hablar más de iniciación cristiana que de catequesis. «De hecho, la catequesis es un servicio a la iniciación y lo que estamos viendo ahora es que la catequesis no logra iniciar, no consigue arraigar la fe en el sujeto» dijo, por ello consideró la necesidad de reestructurar la catequesis. «Lo mismo pasa con la liturgia o con la caridad», añadió García Martínez argumentando, en este último caso, que «es importante orientar la caridad desde el testimonio, desde la martirya, de modo que no fuera una mera acción hacia los necesitados sino un verdadero sacramento, testimoniar una forma de presencia en el mundo». Entiende que la caridad es una acción que se ha «ministerializado» con el tiempo, «se ha dejado en manos de unos cuantos de modo que los fieles no hacen más que aportar un dinero». Por ello «se trata de configurar la caridad de modo que no sea un modo de servir comunitariamente sino de vivir comunitariamente». El conferenciante indicó que «la parroquia, que tiene que ejercer la maternidad en la fe, necesita descubrir que su función fundamental es crear la identidad cristiana rota, vivirla y, con ella, testimoniar la presencia salvífica de Dios en el mundo; ése es el reto enmedio de esta transición social, que es general», añadió.
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