El acto ha sido presidido por el Vicario General de la Diócesis, Federico Mantaras, además de contar con decenas de presbíteros y gran parte de la que fue su feligresía durante tantos años.
Pocos asientosquedaron vacantes en la parroquia de San Juan de Ávila (Jerez) para despedir al querido sacerdote José María Diosdado Rodríguez, quien tantos años de su vida dedicó a la feligresía de esta parroquia y fallecía ayer a los ochenta y seis años de edad. Varios minutos antes de comenzar el acto todas las bancas estaban ocupadas, señal del recuerdo que había dejado tras tantos años de servicio.
También el presbiterio contó con esa señal de afecto con más de una decena de sacerdotes y seminaristas presentes en el acto que acompañaron a Federico Mantaras Ruiz-Berdejo, Vicario General, quien presidió el funeral. Dentro de los distintos y emotivos gestos de la celebración cabe destacar una carta que su sobrina le dedicó de pequeña, además de unas palabras de recuerdos y agradecimientos de parte de personas que le conocían de primera mano, especialmente su hermano, el también sacerdote y párroco de San Juan de Ávila Antonio Diosdado.
El acto concluyó con la bendición del féretro, el cual fue llevado entre los sacerdotes presentes hasta la puerta de la parroquia, donde los feligreses pudieron acercarse una última vez a la persona que, desde antes de ordenarse, tenía clara su decisión de dar su vida por el sacerdocio.
