El Obispo pide a movimientos, comunidades y asociaciones eclesiales que cultiven la espiritualidad de comunión. Alrededor de un centenar de representantes de los treinta y cinco movimientos, comunidades y asociaciones eclesiales con presencia en la Diócesis de Asidonia-Jerez participaron en la mañana del sábado 17 de mayo, en la reunión plenaria convocada por las delegaciones de Apostolado Seglar y Pastoral Familiar y celebrada en las instalaciones del centro salesiano jerezano Manuel Lora Tamayo. Como ya había sido adelantado, y dentro de los objetivos del Plan Pastoral Diocesano 2006-2009, la invitación a la Eucaristía fue el centro de atención.
El encuentro comenzó con la exposición de cuatro experiencias en torno a la Eucaristía vividas, respectivamente, por representantes del Camino Neocatecumenal, Cursillos de Cristiandad, Opus Dei y un sacerdote, José Palomas Agout, Vicario de Pastoral y administrador parroquial de Santa Ana, en Jerez. Tras ello, los participantes en la reunión se dividieron en cuatro grupos de trabajo que mezclaron carismas y que, posteriormente, pusieron en común sus conclusiones sobre cómo si vive la Eucaristía como centro de la vida de cada comunidad.
Monseñor Juan del Río, el obispo diocesano, ofició y predicó la celebración de la Eucaristía con la que se puso colofón a la reunión. "Vosotros sois el mapa de la espiritualidad de la Iglesia" señaló el pastor en su homilía aludiendo a la riqueza de la variedad que presentan. Pese a ello, también advirtió que "la Iglesia de comunión está edificada en la Eucaristía" y que "es urgente recuperar el domingo como día de la Iglesia, construir la espiritualidad de comunión más allá de la espiritualidad específica de cada uno".
El Obispo alentó cuanto aporta cada uno de los movimientos, comunidades y asociaciones eclesiales y subrayó que "sólo los que tenéis experiencia de Dios podéis transmitirla". Por ello animó a que, "saliendo de los cenáculos", los participantes del encuentro, pertenecientes a estos diversos carismas, acudan a los areópagos del mundo para hacer efectivo su apostolado, "que siempre nace en torno a María, la llena de gracia, la plena del Espíritu".