Pastores según el Corazón de Cristo

Llegamos a la clausura del curso pastoral con una celebración que nos llena de esperanza: entre la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y la fiesta de los apóstoles Pedro y Pablo, nuestra Diócesis de Asidonia-Jerez acoge el regalo inmenso de cuatro nuevos presbíteros y tres nuevos diáconos que reciben la Sagrada Ordenación el sábado del Inmaculado Corazón de María, memoria de san Ireneo.

El Santo Cura de Ars afirmaba que el sacerdote es “amor del Corazón de Cristo”. Mediante la ordenación sacerdotal, los llamados por el Señor en su Iglesia son transformados para que, con sus palabras y gestos, con toda su vida, muchos puedan recibir el amor que brota del Costado traspasado del Redentor. Pidamos por los nuevos presbíteros y diáconos para que sean en verdad y siempre pastores según el Corazón de Jesucristo Buen Pastor.

El 29 de junio de 1980 quedó erigida la Diócesis de Asidonia-Jerez. Cumplimos cuarenta y cinco años de historia, sobre el cimiento de los apóstoles Pedro y Pablo. La liturgia del día nos lleva al pasaje evangélico en que Jesús, estando en la región de Cesarea de Filipo, pregunta a los apóstoles: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?”. De la respuesta dada a esta pregunta decisiva depende el modo de plantear la vida cristiana. La verdad de Jesús no se alcanza recabando simplemente las opiniones de quienes le miran desde la distancia. Son necesarios el seguimiento y el trato cercano para recibir la revelación del Padre que nos permite confesar que Jesús es el Mesías que anunciaron los profetas, el Hijo amado del Padre, Dios como Él, que se ha hecho hombre verdadero, como nosotros sin pecado, para hacernos partícipes de su misma vida divina. Sobre el cimiento de los apóstoles confesamos con toda la Iglesia que Jesucristo es el único invocando el cual podemos ser salvados. Pidamos para los nuevos presbíteros y diáconos amor inseparable a Cristo y a su Iglesia, para que sean sus testigos en medio del mundo.

La celebración del Inmaculado Corazón de María nos lleva a poner una vez más la mirada de fe en las entrañas virginales de María Santísima, donde el Hijo se hizo hombre. Del diálogo interior de María con el Hijo bendito de sus entrañas aprendemos la necesidad de cultivar la relación de corazón a corazón para recibir la vida eterna que Cristo nos regala. Pidamos para los nuevos presbíteros y diáconos entrañas de misericordia y amor creciente a la Virgen María para que, con Ella y desde Ella, sepan entregar su vida para que Cristo crezca en el corazón de todos los fieles.

Damos gracias a Dios por su bendición derramada sobre nuestro seminario, donde se forman los futuros sacerdotes de nuestra Diócesis, y pedimos que nos siga tocando con su mano providente para que no nos falten jóvenes que respondan con generosidad a su llamada. Pidamos el don de la fidelidad hasta la eternidad para los nuevos presbíteros y diáconos, de modo que en el ejercicio del ministerio que la Iglesia les confía, resplandezca siempre el amor del Corazón de Cristo Buen Pastor.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

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