PALABRA DE VIDA. Monseñor José Rico Pavés : “Sagrado Corazón el punto de partida y de llegada: de Él brota el bálsamo de la misericordia divina que cura y engrandece el corazón humano”

El Corazón de Jesús (Cor Iesu) es la escuela en la que los evangelizadores aprenden mansedumbre y humildad (cf. Mt 11, 29), virtudes que deben distinguir a los discípulos misioneros. La misión evangelizadora que Cristo ha confiado a su Iglesia tiene en su Sagrado Corazón el punto de partida y de llegada: de Él brota el bálsamo de la misericordia divina que cura y engrandece el corazón humano; a Él conducen los anhelos de nuestro corazón, sediento de Verdad, Bondad, Belleza y Comunión. En el Corazón de Jesús está nuestro descanso. Al celebrar este año la solemnidad del Corazón de Jesús tenemos la oportunidad de percibir con más intensidad el poder manso y humilde del amor del Redentor.

¿Es posible conformar una diócesis y sus miembros según el Corazón de Cristo? Las referencias evangélicas al Corazón de Jesús nos dejan tres enseñanzas fundamentales: el Corazón de Jesús es escuela; el Corazón de Jesús es apoyo donde reclinar la cabeza; el Corazón de Jesús es manantial del que brota la vida eterna. Para conformar la vida personal y diocesana al Corazón de Jesús hay entonces que aprender con el corazón, tener los sentimientos de Cristo y unirse a su entrega. Formación, participación viva y servicio de caridad. Para cumplir la tarea evangelizadora desde el Corazón de Jesús, los testigos del amor de Cristo anhelan cada día más crecer en el conocimiento del Redentor, tener trato de amor con Él en la participación litúrgica y sacramental, y gastarse y desgastarse por el bien de sus hermanos.

Termina el curso pastoral con el pasaje evangélico que presenta a Jesús tomando la decisión de subir a Jerusalén. Allí llevará a cumplimiento la voluntad del Padre, obrando la redención de la humanidad con la entrega del amor hasta el extremo. En el camino Jesús ofrece consignas para no perder la meta. Cumplir la voluntad del Padre conlleva devolver amor a los que nos odian y sembrar paz donde otros ponen discordia. El mismo Jesús que nos invita a seguirle para subir a Jerusalén nos llama a acudir a Él. En la escuela de su Corazón aprendemos las consignas que nos orientan en el camino de la vida.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

Ver este artículo en la web de la diócesis

Contenido relacionado

La alegría de creer

¡Menudo encuentro: dos madres se felicitan mientras sus hijos, en las...

Enlaces de interés