En la tarea de caminar juntos Jesús nos manifiesta la grandeza de su amor

En la tarea de caminar juntos Jesús nos manifiesta la grandeza de su amor. La Navidad concluye con tres referencias litúrgicas fundamentales para la vida cristiana, agrupadas bajo el mismo título de “la epifanía”, palabra de origen griego que significa “manifestación”.

La primera referencia nos lleva al testimonio sorprendente de los Magos venidos de Oriente. La salvación que el Niño Dios trae es para toda la humanidad, de todas partes y en todos los tiempos. Una estrella singular manifiesta a personas venidas de otros pueblos y culturas que Jesucristo es el Salvador de todos. De los Reyes Magos aprendemos la necesidad de arriesgar para buscar respuesta a los anhelos más profundos del corazón. Cuando nos postramos ante Jesús y ponemos a sus pies lo que somos y tenemos, descubrimos entonces sorprendidos que, en realidad, es Él el que nos regala lo que nuestro corazón reclama. La sed de Verdad, Bondad, Belleza y Comunión que distinguen al ser humano entre las criaturas desvelando su dignidad sólo se colma acudiendo a Aquel que a voz en grito proclama: El que tenga sed, que venga a mí y beba (Jn 7, 37).

La segunda referencia nos conduce al Jordán, donde Jesús recibe el bautismo de manos de Juan el Bautista y comienza su ministerio público. Ahí se manifiesta el misterio de la Trinidad Santa: el Padre en la voz, el Hijo en Jesús de Nazaret, el Espíritu Santo como en forma de paloma. El admirable intercambio anunciado en la Navidad ahora descubre su sentido último: el Hijo de Dios se ha hecho hombre para que el hombre llegue a ser hijo de Dios. Si recibimos a Jesús como el Mesías, el Hijo Amado del Padre, descubriremos nuestro origen y nuestra meta.

La tercera referencia nos lleva a Caná, donde Jesús, en el marco de una boda, realiza el milagro clave que permite desentrañar el alcance de su misión: para desposorio con la humanidad ha enviado el Padre al Unigénito. Acogiendo a Jesús en lo más íntimo nuestro recibimos lo suyo: capacidad de amar sin límites y de curar las heridas del corazón. Por eso, en la tarea de caminar juntos Jesús nos manifiesta la grandeza de su amor.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

 

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