“El encuentro con Cristo resucitado es el encuentro con el Pastor de nuestras almas”: Palabra de Vida

El tiempo pascual nos trae la alegre noticia de la compañía de Jesucristo resucitado. El que ha vencido a la muerte, se ha hecho nuestro compañero en el camino de la vida. Al llegar al IV domingo de Pascua la Iglesia pide para sus hijos la alegría eterna, esa que tiene que ver con el triunfo definitivo sobre el pecado y sobre la muerte. La victoria de Cristo Resucitado es la victoria del Pueblo que Él ha rescatado con su Sangre. El rebaño, aunque sea débil, gozará del triunfo de su Pastor. Por eso, tras la resurrección, Jesús pide a sus discípulos que recuerden lo que antes de su muerte les había dicho. La Pascua nos trae a la memoria de la fe las palabras del Señor y su presentación como Buen Pastor. El encuentro con Cristo resucitado es el encuentro con el Pastor de nuestras almas.

El evangelista san Juan ha recogido las palabras de Jesús al presentarse como Pastor Bueno. En el pasaje que la Liturgia nos ofrece este año, Jesús nos descubre que la bondad de su pastoreo reside en el conocimiento que posee de sus ovejas y en la vida que Él les comunica. Dos comparaciones utiliza Jesucristo. La primera sirve para distinguir al buen pastor del malo. El bueno se caracteriza por tres rasgos: conoce a las ovejas, las llama a cada una por su nombre y camina delante de ellas. Las ovejas reconocen su voz y le siguen. La segunda comparación es complementaria. Jesús se asemeja a la puerta del redil: para entrar en la comunión de vida que Él nos ofrece hay que entrar por Él, es decir, hay que incorporarse a la escucha de su palabra, a la cercanía de su trato, a la liberación y curación del pecado que sólo Él nos puede conceder. Mediante el recurso a estas dos comparaciones, Jesucristo revela el fin de la misión que el Padre le encomienda: “He venido –afirma el Señor- para que tengan vida y la tengan abundante”.

En el camino de la Pascua, el domingo del Buen Pastor es también la Jornada Mundial de Oración por las vocaciones. Se nos pide en este día orar por todas las vocaciones en la Iglesia, especialmente por las de especial consagración. El evangelio de este domingo desvela el secreto de toda vocación: escuchar al Buen Pastor y seguirle.

+ José Rico Pavés

Obispo de Asidonia-Jerez

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