La Santa Iglesia Catedral acogió en la tarde de ayer la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo que volvía a recorrer tras dos años las calles de Jerez de la Frontera.
El primer templo de la Diócesis acogió en la tarde de ayer a las 18:30hrs la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo. Esta festividad, reunía en el templo a distintas realidades eclesiales e instituciones civiles, en una celebración que estuvo presidida por Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez. Este celebró esta Solemnidad cumpliendo ya el primer aniversario desde que se hiciera público su nombramiento como Obispo de la Iglesia Asidonense.
En la homilía, el Sr. Obispo de Asidonia-Jerez, mencionó que esta Solemnidad nos recuerda que la Eucaristía es la fuente y la cima de la vida cristiana, ya que no hay vida cristiana ni crecimiento en ella sino tenemos relación con el Señor en la Santa Misa. Asimismo, subrayó que esta festividad muestra incluso por las calles de las ciudades que en Cristo vivimos el amor hasta el extremo.
Por otro lado, el prelado, a través del Evangelio, recordó una primera lección, “cuando permanecemos junto a Cristo, hacemos nuestra su palabra y cumplimos su voluntad, lo que humanamente se nos imagina imposible se realiza”. Además, mencionó que de esta forma nos sobrepasa el amor y así podremos desgastarnos por los demás, naciendo de esta forma la caridad.
En otro orden de ideas, Monseñor Rico Pavés, haciendo referencia a la primera lectura, recordó la importancia de vivir la Eucaristía como agradecimiento a Cristo que nos regala cada día lo que somos y lo que tenemos. Asimismo, acordándonos de la Segunda Lectura, destacó que la Eucaristía nos introduce en el tiempo del Señor, así podremos subir con Él hasta el Calvario a su entrega por todos.
Por último, D. José Rico Pavés se dirigió a todos los fieles pidiéndoles que durante esta festividad, en la que también saldremos por las calles de Jerez, recemos por los que no lo hacen.
Una vez la Sagrada Forma estaba en la Custodia, su Divina Majestad recorrió las calles de la ciudad de Jerez, sede de la Diócesis, procesión que no vivíamos desde hace dos años debido a la situación de pandemia que hemos sufrido. Tras llegar al primer templo, tuvo lugar la bendición y reserva de Jesús Sacramentado.
