El licenciado en Matrimonio y Familia, David Martínez, delegado de Pastoral Familiar de Mérida-Badajoz ha pronunciado hoy la tercera, «La familia en la Nueva Evangelización».
"Claves para la Nueva Evangelización tras la Jornada Mundial de la Juventud 2001" es el título que, para cerrar la XXII Semana de Teología que viene celebrando la Diócesis de Asidonia-Jerez durante estos días, traerá mañana al Auditorio Juan Pablo II, a monseñor José Ignacio Munilla Aguirre, obispo de San Sebastián y responsable del Departamento Juvenil de la Conferencia Episcopal Española.
El licenciado en Matrimonio y Familia David Martínez Gutiérrez, delegado diocesano de Pastoral Familiar de la Diócesis de Mérida-Badajoz, es hoy, mientras tanto, el tercero de los ponentes previstos. Ha expuesto el tema 'La familia en la Nueva Evangelización', dentro de una propuesta que lleva como lema genérico una cita de San Pablo en la primera carta a los corintios: “Ay de mí si no predicara el Evangelio”.
Ha partido Martínez de la experiencia de la Jornada Mundial de la Juventud, y lo ha hecho desde la pregunta “¿quién es joven hoy?”. Ha buscado que sean los dos últimos pontífices los que respondieran encontrando en el recordado Juan Pablo II, quien creara la JMJ, una primera frase: “Joven es una persona que no vive de recuerdos sino de ilusiones, retos y proyectos”. Benedicto XVI dijo que “es aquél que aspira a algo grande”.
Algo grande se propone la Iglesia con la Nueva Evangelización y, por tanto, ha enlazado con naturalidad el ponente con el centro de interés genérico de la Semana de Teología de este año. Proponerse esos nuevos bríos para la labor eclesial en medio del mundo (“nuevos métodos, nuevas estrategias, nuevo ardor” condujo a, en correspondencia, reconocer la juventud de la Iglesia.
Así condujo su intervención al papel de la familia en este rejuvenecimiento de la sociedad por medio de la acción vivificante de Cristo a través de la Iglesia. Y recordó otros momentos en los que la intervención eclesial en la historia: las persecuciones entre las que dio sus primeros pasos, las órdenes mendicantes en el siglo XIII o las órdenes caritativas o la proliferación de los santos en el siglo XVI.
A nivel similar sitúa David Martínez el papel de la familia en el siglo XXI cuya “urgencia” viene de la mano de que “la idea de progreso se asocia a la idea de cambio”. “Pero hay cosas que no pueden cambiar”, añadió el ponente señalando que “no puede llamarse familia a cualquier cosa” así como que “acentuar el individuo desmorona la familia y crea sujetos desestructurados”.
También al llegar a este punto recordó a Juan Pablo II, quien decía de la familia que “es una llamada a formar una comunidad de amor, que está al servicio de la vida, del bien social y de la construcción de la vida de la Iglesia”. A ello unió la importancia del matrimonio, que se basa en la diferencia sexual, el amor esponsal y la fecundación.
La XXII Semana de Teología concluirá mañana jueves con la intervención de monseñor Munilla mencionada en la doble sesión que, en el auditorio de la Casa de la Iglesia (Arroyo, 50) se ha previsto a las 10,30 horas (para sacerdotes, religiosos, religiosas y diáconos) y a las 20 horas (para seglares).