Entrevistamos a los seminaristas que recibirán el diaconado de manos de Monseñor José Rico Pavés, Obispo de Asidonia-Jerez el próximo 28 de junio a las 11hrs en la Santa Iglesia Catedral.
1 – Estamos a pocos días de vivir la ordenación diaconal, lo primero, ¿cómo te sientes al dar este paso que te acerca al sacerdocio?.
Dios me está permitiendo vivirlo con mucha ilusión, deseo y paz, así que le doy las gracias por ello.
2 – ¿Da vértigo el dar este paso?. ¿Cómo tienes pensado el vivir diaconado?.
La verdad es que no sé muy bien como contestar a esta pregunta.
En el diaconado, si Dios quiere, voy a ser consagrado a Él. Consagrar una cosa significa que lo que se consagra pasa a pertenecer a Dios. Y a mí esto me da un sentido de protección muy grande. Porque el Padre cuida y defiende sus cosas y su gente como cualquier padre de familia.
En este sentido, pensar cómo voy a vivir siendo diácono me parece contraproducente. Él puede hacer con lo suyo lo que quiera. A medida que vaya revelando, intentaré ir moldeándome.
3 – ¿La oración, el servicio y la Palabra de Dios que están siendo para ti a pocos días de la ordenación?.
La Palabra de Dios siempre me ha parecido un medio muy poderoso para conocer a Jesús, cómo piensa, cómo nos mira, qué hay en su corazón. Y eso poco a poco va configurándonos a Él. Me ayuda a conocerme a mí mismo también, por donde voy bien, donde me desvío…
La oración para mí es «donde» nos unimos a Él. Muchas veces, cuando acabo el día, siento que es lo único útil que he hecho en todo el día. Creo que las cosas importantes de la vida ocurren ahí, en el silencio.
Y el servicio me ayuda mucho a salir de mí mismo, a vivir descentrado, justo como vivió Jesús. También me hace crecer en verdadera humildad, porque me recuerda que el Señor me ha puesto aquí para servir, y «el siervo no es más que su señor». Es un poco lo que decía San Pablo «considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos el interés de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús» (Fil 2, 3).
4 – Tras la ordenación diaconal te tocará acompañar a los fieles en celebraciones como el Bautismo, el Matrimonio o el rito de las exequias. ¿Cómo te ves en esos momentos tan importantes para la vida de los fieles?.
Pues si te soy sincero, cada vez que lo pienso tengo esa sensación de que la voy a liar… Las tres celebraciones que has mencionado son momentos muy delicados para la vida de la gente. Todo el mundo quiere que su boda sea perfecta. En las exequias, muchas veces se toca el aspecto más duro de la vida humana. Y todo eso exige que el ministro esté a la altura de las circunstancias.
Pero por otro lado, precisamente porque son momentos muy señalados en la vida de una persona, creo que necesitan ser vividos desde Dios. Me parece muy bonito que la gente sienta que Jesús los quiere acompañar a lo largo de su vida. Y que me haya elegido a mí para que este encuentro se pueda dar.
5 – ¿Qué es lo que más te está ayudando en tu espiritualidad para prepararte estos días y durante el curso?.
Una cosa que me está ayudando mucho es orar con los textos de la liturgia de la ordenación. Sobre todo me estoy parando mucho en las promesas. El día de la ordenación quiero responder de corazón, sabiendo y queriendo lo que digo, y las implicaciones que tiene. Y la verdad es que me encanta el proyecto de vida al que Dios me llama.
6 – ¿Qué te dice o consejos te da tu familia, amigos, seminaristas, directores espirituales a pocos días de la ordenación diaconal?.
En general la gente entiende que es un momento muy importante para mí, un antes y después en mi vida. Entonces la gente me suele felicitar y desearme lo mejor.
Pero más allá de eso, pues que vaya predisponiéndome el corazón desde ya para recibir bien las gracias que Dios quiera darme.
7 – Acercándonos ya al sacerdocio, ¿qué le dirías a esas personas que Dios le llama y están indecisos en la decisión?
Se me vienen tantas cosas a la cabeza. Pero yo creo que lo esencial es dejar de tenerle miedo a Dios. Creo que la raíz de esa indecisión es pensar que Dios nos puede dar algo malo, algo que nos va a hacer infelices o que nos va a quitar nuestras cosas. ¡Nada más lejos de la realidad! Dios nunca iría en contra de nuestra libertad ni felicidad. Pero como no le conocemos, nos da esa impresión. Pero para nada. Yo entré en el seminario para probar. Y me quedé porque sentí que era mi sitio y me hacía feliz. Otros no sintieron lo mismo y se fueron yendo. Pero si nunca te atreves a probar…
8 – ¿Qué mensaje puedes trasladar un joven como tú que el sábado dará un paso más para seguir a Cristo?.
No he encontrado nada en la vida que me haga más feliz que Cristo. Todo lo demás acaba cansando el alma. Por eso me parece que merece la pena vivir solo para Él y desde Él.
9 – Por último, me gustaría que eligieses el versículo, oración, lectura o salmo que más tienes en mente estos días.
Llevo bastantes años con un versículo que me da mucha vida repetirlo. Es un proverbio del libro del Eclesiastés 10, 2:
«El sabio tiene el corazón a la derecha, el necio tiene el corazon a la izquierda.»
Muestra un poco la sabiduría de Dios, que es contraria a la del mundo. Es más feliz el que vive para amar al otro que el que vive para sí mismo.
La entrada Eduardo José Pérez, que será ordenado diácono : “No he encontrado nada en la vida que me haga más feliz que Cristo» se publicó primero en Diócesis Asidonia – Jerez.