Andalucía vive su encrucijada. Nota Pastoral de los Obispos del Sur de España

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Oficina de información de los Obispos del Sur de España

    Hace poco celebrábamos el décimo aniversario de la Autonomía andaluza, de una parte con alegre fiesta y de otra con sincera inquietud por nuestra región, que siente todavía en su carne muchas necesidades.
    Como Obispos de Andalucía, nos alegra todo lo positivo conseguido en estos diez años, en los que se han recuperado nuestras señas de identidad que mantienen vivo un espíritu colectivo y hacen posible el común esfuerzo por el progreso humano y espiritual de nuestro pueblo.

Todavía queda mucho por hacer
    Queda, no obstante, mucho por hacer. El desarrollo de ciudades y pueblos – sobre todo los que viven del campo y de la pesca – así como del bienestar y de los valores esenciales no avanzan en proporción a las exigencias del bien común. La cultura, el trabajo, el nivel económico, los bienes y servicios colectivos necesarios para la prosperidad común no han crecido en igual medida para todos.
    Junto a reales avances en materia de escolarización, hay que reconocer la ausencia de una colaboración más estrecha entre padres y educadores, autoridades y familias. No basta la sola instrucción intelectual si al mismo tiempo no se educa el corazón y la voluntad a las verdaderas virtudes humanas y sociales. Urge revisar a fondo el problema que plantea la educación de tanos jóvenes, dotados con evidentes capacidades, que se ven destinados al paro y a la frustración, que se sienten fascinados por una sociedad consumista, halagados por el atractivo de un bienestar mas bien material , atraídos por el señuelo del placer y el ansia de vivir libres de cualquier referencia religiosa, ética, familiar. La formación de nuestra conciencia colectiva está necesitada de auténticos valores morales, que permitan a nuestros jóvenes afrontar con éxito los desafíos del futuro.
    En este décimo aniversario de la Autonomía andaluza, los Obispos miramos con suma preocupación el momento que viven las familias. Son muchos los problemas que inciden hoy sobre ellas y crean en su seno graves tensiones: el cambio generacional, la falta de preparación de muchos padres, la escasez de viviendas y la carestía que de ella se sigue, el paro, la droga, los perniciosos juegos de azar – en profusión y publicidad alarmantes -, la emigración, la inseguridad y tantos otros problemas que son de conocimiento público.

Servir al hombre
    Como Iglesia en Andalucía, entregada a su misión pastoral, los cristianos hemos de proclamar y difundir, por todos los medios y en todos los ambientes humanos y culturales, los valores del Reino de Dios, desde la fe en Jesucristo y la fidelidad a la verdad. Estamos obligados a asumir los grandes objetivos de libertad, justicia, defensa de la naturaleza, solidaridad y paz. Todos tenemos una grave responsabilidad histórica en la hora actual: la de construir el presente y proyectar el futuro con el mayor empeño, arraigados en las permanentes raíces cristianas de nuestro pueblo.
    Somos pastores de esta Iglesia y queremos ejercer nuestro ministerio apostólico de acuerdo con las exigencias evangélicas de cercanía, de sentido sobrenatural, de respeto, de comprensión y de generosidad. Cuantos se sienten y se profesan creyentes nos sentimos obligados a contribuir a edificar una sociedad más cristiana, animada por una civilización de amor.

Ante las elecciones autonómicas
    Otro motivo solicita nuestra atención: estamos convocados a nuevas elecciones autonómicas para el próximo día 23 de junio. Y es conveniente recordar el grave deber de ejercer nuestro derecho al voto cuando está en juego el bien común.
    La abstención sólo puede justificarse por fundadas razones de conciencia, para expresar mejor su opinión sobre las candidaturas y candidatos propuestos. Si no es por esto o por grave dificultad para acudir a las urnas, la abstención no se justifica.
    Respetando siempre la libertad que a todos asiste en este campo, sí queremos recomendar que se actúe con sentido crítico a la hora el voto, mirando siempre el bien común de nuestra sociedad y a los programas de cada partido. Programas que los cristianos deben analizar y sopesar a la luz del Evangelio y de la doctrina social de la Iglesia, con sus contenidos, con la experiencia ya adquirida de la medida y el modo como se llevan a la práctica y con la vista bien abierta a las necesidades y al bien del pueblo andaluz, considerado en toda su integridad, “Hemos de insistir también, decíamos en la instrucción “Los católicos en la vida pública”, en la obligación que todos tenemos de ejercer este derecho con la máxima responsabilidad moral, teniendo en cuenta el conjunto de bienes materiales, morales y espirituales que constituyen el bien común de nuestra sociedad.
    La campaña electoral será un signo de madurez y de espíritu democrático en la media que los partidos políticos dediquen sus esfuerzos a presentar la verdad de su respectivos programas, evitando las acusaciones personales y las contiendas contrarias a los verdaderos valores democráticos.

Conclusión
    Andalucía vive un tiempo de esperanza responsable, en la urgencia de sentirse un pueblo solidario que protagoniza sus propias tareas y sabe hacer honor a sus propias responsabilidades. Esta es una hora de madurez y de discernimiento arduo pero posible. En menos de los propios andaluces se encuentra el timón que ha de marcar el rumbo que nos ha de conducir a un futuro mejor en todos los órdenes.
    Dios nos ayude a estar dignamente a la altura de los “signos de los tiempos” en que nos ha tocado vivir.

En la fiesta de San Isidro Labrador, 15 de mayo de 1990

José Méndez Asensio, Arzobispo de Granada
Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo de Sevilla
Fernando Sebastián Aguilar, Arzobispo Coadjutor de Granada
Rafael González Moralejo, Obispo de Huelva
José Antonio Infantes Florido, Obispo de Córdoba
Antonio Dorado Soto, obispo de Cádiz-Ceuta
Ramón Buxarrais Ventura, Obispo de Málaga
Rafael Bellido Caro, Obispo de Jerez
Ignacio Noguer Carmona, Obispo de Guadix-Baza
Santiago García Aracil, Obispo de Jaén
Rosendo Álvarez Gastón, Obispo de Almería

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