La víspera de la Epifanía, la ciudad vivió con verdadero entusiasmo la cabalgata de Reyes, que dio comienzo una vez que los Reyes fueron recibidos en sus camellos por el Alcalde y el Obispo de la ciudad, según una ya asentada tradición. Desde la balconada de la Casa de las Mariposas de Puerta Purchena, el Alcalde y el Obispo saludaron a los Reyes después de escuchar el relato de la adoración de los Magos, del evangelio según san Mateo. La ciudad está orgullosa de mantener la tradición cristiana que a nadie ofende y a todos contenta con el entusiasmo de los pequeños, que por miles con sus padres y abuelitos acudieron a recibir a los Reyes.
Desde el balcón del chaflán de esta casa modernista, el Rey Melchor se dirigió a los niños, que le escucharon entusiasmados. Los niños habían sido buenos, dijeron el Alcalde y el Obispo y bien merecían sus regalos, pero ambos les recordaron que debían tener muy presentes a los niños sin padres, sin hogar y enfermos, a los niños de los desheredados de este mundo, que todos hemos de intentar cambiar siguiendo el Evangelio.
Una vez prosiguió la comitiva de los Magos su trayecto, portando la ilusión de tantos niños que vitoreaban la cabalgata, el Sr. Obispo se trasladó a la Casa Sacerdotal san Juan de Ávila para saludar a los 17 residentes (11 sacerdotes y 6 seglares) compartiendo la merienda con ellos (chocolate y roscón de reyes) ofrecida por el Director de la Casa D. Ramón Garrido Domene.
Misa estacional de la Epifanía
Al día siguiente, el Obispo celebró la Misa estacional de la solemnidad de la Epifanía en la Catedral de la Encarnación, y al final de la celebración impartió la bendición apostólica, una de las tres que el prelado imparte a lo largo del año litúrgico, por concesión del Papa. Recibiendo esta bendición y con las condiciones acostumbradas de confesar, comulgar y orar por el Romano Pontífice, se puede lucrar la Indulgencia plenaria, con el perdón de los pecados y de las penas de satisfacción contraídas por el pecado.
Ofrecemos a continuación la homilía de Mons. González Montes, pronunciada en la Misa de la Epifanía del Señor.