Desde el viernes 17 al domingo 19 del presente mes tuvo lugar la visita pastoral de nuestro obispo D. Adolfo González Montes a la ciudad de Vera, a la comunidad parroquial de Nuestra Señora de la Encarnación. Unas jornadas repletas de actividades en las cuales el Sr. Obispo ha conocido en profundidad la realidad pastoral y social de este municipio almeriense: El viernes comenzó la agenda prevista con la recepción en la parroquia, la visita a la histórica ermita de la Virgen de las Huertas, la visita a la casa-cuartel de la Guardia Civil donde fue recibido por el Sr. Capitán del puesto y miembros del cuerpo de la benemérita, que le ofrecieron una calurosa acogida. Ya por la tarde tuvo lugar la reunión con el consejo de pastoral de la parroquia y la celebración de la santa Misa donde Mons. González Montes confirió el sacramento de la confirmación a un grupo de treinta adultos.
Posteriormente el sábado tuvo lugar un encuentro con la corporación municipal, y la visita al campo santo, la celebración solemne de la Eucaristía en acción de gracias con la comunidad de las Franciscanas de la Purísima, donde se congregaron unas setenta religiosas venidas de toda España. Ya por la tarde el Sr. Obispo se reunió con el grupo de jóvenes que este año han recibido la Confirmación y más tarde la consagración del altar de la Iglesia de Santa María de los pueblos, con una gran respuesta de la Comunidad gitana, que se sienten muy alegres por el calor y la compañía de su Obispo, que días atrás regalaba el Sagrario y la Custodia para esta Iglesia.
Como clausura de esta pormenorizada visita, el domingo se celebró la Eucaristía en acción de gracias por los frutos de la misma y se administró el sacramento de Unción de los enfermos y de la Primera Comunión a un grupo de Infantes, acompañados por las autoridades municipales, con su Alcalde a la Cabeza y miembros del consejo de Pastoral, junto a toda la comunidad Parroquial.
La visita pastoral es una de las formas, confirmada por siglos de experiencia, con la que el Obispo mantiene contactos personales con el clero y con los otros miembros del pueblo de Dios. Es una oportunidad para reanimar las energías de los agentes evangelizadores, felicitarlos, animarlos y consolarlos; es también la ocasión para invitar a todos los fieles a la renovación de la propia vida cristiana y a una acción apostólica más intensa.
De esta manera la visita es un evento de gracia que refleja en cierta medida aquella especial visita con la que el “supremo pastor” (1P 5, 4) y guardián de nuestras almas (cfr. 1P 2, 25), Jesucristo, ha visitado y redimido a su pueblo (cf. Lc 1, 68). Así pues a la visita pastoral están sujetas “las personas, instituciones católicas, cosas y lugares sagrados que se encuentran en el ámbito de la diócesis”.
