Del 18 al 22 de abril las parroquias del alto Andarax, Terque, Íllar, Bentarique, Instinción y Rágol han peregrinado con su párroco, Eduardo Muñoz Jiménez, al santuario mariano de Fátima. Ha pasado un siglo desde que la Virgen María se apareció a tres humildes pastorcitos en Fátima en el lugar conocido como Cova de Iria, naturales de la vecina localidad de Aljustrel. Entre los lugares visitados están las casas en las que nacieron y vivieron los pastores en Aljustrel, que dista unos 2 kilómetros del santuario de Fátima; y las tumbas de los santos Francisco y Jacinta en la basílica de Fátima.
Al concluir cada una de las jornadas celebraban la santa misa en la capilla de las apariciones y asistían a la procesión de antorchas que concluía cada día a las 21,30 de la noche con el rezo previo del santo rosario.
Además han visitado las cercanas ciudades de Coimbra con la Universidad Vieja compuesta por conjunto de edificios de los siglos XVI al XVIII, como la Torre del Reloj, la capilla de San Miguel o la Biblioteca Joanina. También visitaron el monasterio de Santa Clara la Nueva, edificado en 1649 para sustituir al primitivo Monasterio de Santa Clara la Vieja, inundado por el río Mondego. En el retablo mayor de la iglesia se encuentra la urna de plata y cristal del siglo XVII con las reliquias de la Reina Santa Isabel de Portugal.
En Nazaré, lugar de religiosidad y de peregrinación desde el siglo XII, visitaron la iglesia de Nuestra Señora de Nazaré con la pequeña imagen de la Virgen del siglo VIII. Desde el mirador de Suberco se puede contemplar uno de los más bellos panoramas marítimos del país.
En Tomar pudieron gozar con la visita del castillo, construido en el año 1160, y el Convento de Cristo, una joya arquitectónica que mezcla los estilos gótico, manuelino y renacentista. Tanto el castillo como el convento fueron sede de la Orden de los Templarios hasta el año 1314, y de la Orden de Cristo a partir de 1357.
También el monasterio de Santa María da Victoria, en Batalha, uno de los mayores logros de la arquitectura manuelina de Portugal fue objeto de visita. Pudieron contemplar el famoso “cambio de guardia” y la impresionante construcción realizado en el siglo XIV para cumplir el voto que había hecho a la Virgen María Don Juan I por la victoria a las tropas castellanas en la batalla de Aljubarrota en 1385.