Felicitación de Mons. Adolfo González, Obispo de Almería, en la Pascua de Resurrección del Señor.
La resurrección de Cristo es el fundamento de la fe cristiana y de la esperanza que tenemos en Cristo Jesús. Este acontecimiento es histórico y trascendente al mismo tiempo. Histórico, porque deja huella, signos y señales indelebles en la historia, como son el sepulcro vacío y las apariciones del Resucitado a las santas mujeres y a los discípulos, origen y fundamento del testimonio sobre Cristo resucitado. Trascendente porque va más allá de la revivificación de un muerto y supone la introducción de la humanidad de Jesús en el misterio insondable de Dios, enteramente transformada por la gloria del Resucitado.
La resurrección de Jesús, en efecto, ha abierto el camino de la gloria, no para distraer a los humanos de las tareas de la tierra, sino para orientar nuestra acción marcándonos claramente la meta. Por eso nos dice el Apóstol: «Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios; aspirad a los bienes de allá arriba, no a los de la tierra» (Col 3,1-2). Se trata de orientar la acción terrena hacia la meta del cielo, no de abandonar la acción terrena.
