Monseñor González Montes presidirá la Eucaristía en Torregarcía en honor de la Virgen del Mar

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

Con la celebración de la Misa de Romeros a las 08:30h, en el Santuario de la Virgen del Mar, arrancará la romería a Torregarcía con la Patrona de Almería. Una Eucaristía que estará presidida por Prior de los Padres Dominicos y Consiliario de la Hermandad, Fray Antonio Bueno Espinar O.P.

A las 12:00h está previsto que los romeros lleguen a Torregarcía, lugar donde monseñor Adolfo González Montes, Obispo de Almería, celebrará la Misa solemne en honor de la Virgen del Mar.

Ya por la tarde, a las 17:00h, el séquito procesional saldrá desde Torregarcía hasta la capital almeriense, parando la imagen de nuestra Sra. la Stma. Virgen del Mar en el Alquián, La Cañada, El Puche (en el cruce), los Molinos, Seminario y Parroquia de San José.

A las 19:30h llegará a la Plaza San Sebastián, desde donde se procesionará a hombros la venerada imagen mariana hasta su Santuario, donde se cantará la Salve.

Cuenta la tradición que, al alba del 21 de diciembre de 1502, los guardas de la Torregarcía, mientras hacían su turno de vigilancia de la costa, vieron surgir de las aguas un torbellino de luces que ascendía del fondo del mar y cuyos destellos parecían dar cobijo a una extraña silueta igualmente resplandeciente.

Según dijeron luego, la aparición de aquella figura iba acompañada de una extraña luminaria y de otras señales misteriosas y extraordinarias. Uno de los guardas, que respondía al nombre de Andrés de Jaén, se sintió atraído por el maravilloso resplandor y determinó bajar de la atalaya y acercarse a ver qué era. Un tanto temeroso, fue aproximándose aquel buen hombre al lugar de donde procedían los fulgores. Su fe cristiana ya había suscitado en él el presentimiento de que se trataba de algo piadoso y sobrenatural. Y, con el ánimo sobrecogido por esta idea, se acercó al foco luminoso y pudo constatar que se trataba de una imagen de la Virgen María, la cual llevaba en sus brazos la de su divino Hijo.

El sorprendido vigilante examinó detenidamente la talla y halló en ella evidentes señales de haber pertenecido a algún navío, cosa que corroboró al descubrir que tenía una fuerte argolla de hierro en la parte posterior. Este aro de hierro ya oxidado le hizo pensar que podía haber estado sujeta en el altar o a la proa de alguna embarcación como muestra de devoción y piedad, para alcanzar, por intercesión de la Virgen, la protección divina en la cotidiana lucha de los marineros contra las borrascas y los peligros del mar.

Decidieron que ése no era el lugar en que merecía estar la imagen de la Madre de Dios, y pensaron que debían trasladarla al convento, para luego depositarla en la iglesia de Santo Domingo y allí rendirle culto de veneración. Puestos de acuerdo, la descendieron de la torre y se dispuso el traslado cubriéndole el rostro a la Madre y al Niño con un paño de lino y la talla en su conjunto, con la capa de uno de los mozos.

Al llegar a la capilla del monasterio, la dispusieron en la capilla del altar mayor, donde todos los ciudadanos pudieran verla y honrarla. Por centenares se contaban las personas que acudían diariamente a venerar aquella imagen hallada en un lugar tan inesperado y en medio de tan raras circunstancias. Unos años más tarde, en 1520, se constituyó una hermandad que tendría a su cuidado todo lo relacionado con la veneración de la imagen.

El papa Pío VII la proclamó Patrona de Almería por bula pontificia de 20 de mayo de 1806. Su coronación canónica tuvo lugar en 1951. Desde esos momentos anteriores al día de hoy, la Virgen del Mar ostenta el título de Patrona de Almería. Es una talla policromada, datada del siglo XII, con el rostro moreno, portando al Niño Jesús en su brazo derecho.

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