La semana pasada tuvo lugar en Bruselas, en el «Edificio Berlaymont» de la Comisión de la Unión Europea, la cumbre de líderes religiosos de la Unión. En la cumbre participó el Obispo de Almería, Mons. Adolfo González Montes, invitado por el Presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso. Es la primera vez que participa un obispo español en este cumbre, que se celebra anualmente a tenor del artículo 17 del Tratado de Lisboa, que constituye la carta política de la Unión y establece el diálogo entre las instituciones de la Unión y las Iglesias y confesiones religiosas así como sociedades filosóficas.
Además del Obispo de Almería, otros tres obispos católicos habían sido invitados a la cumbre: Mons. André Leonard, arzobispo de Malinas-Bruselas; Mons. Gianni Ambrosio, Obispo de Piacenza-Bobbio; y Mons. Virgil Bercea, Obispo de Oradea Mare. Organizada por la Comisión Europea y con la moderación del Presidente Barroso, acompañado del Presidente del Consejo, Europea, Herman van Rompuy y del Vicepresidente del Parlamento de Europa, László Surján, acogía a los cuatro obispos católicos y cuatro obispos ortodoxos en representación de las Iglesias ortodoxas de la Unión Europea de Grecia, Rumanía, Chipre y Albania. Con los obispos católicos, tomaron parte en el encuentro obispos y ministros de las Iglesias luterana y anglicana, de la confesiones protestantes, junto con algunos rabinos judíos autoridades religiosas musulmanas.
El tema del encuentro era el de la «Solidaridad intergeneracional: poniendo las bases de la sociedad del mañana en Europa». La crisis económica y social ocupó el debate de los participantes, que concluyó con la comida de trabajo que el presidente Barroso ofreció a los líderes religiosos. El Obispo español, delegado de la Conferencia Episcopal en la Comisión de los Episcopados de la Unión Europea en Bruselas (Comece) habló de las raíces morales de la crisis y del situación de los jóvenes, que acusan un paro del 50% en el contexto de más del 23% de la población sin trabajo. Mons. González Montes, apoyándose en las orientaciones pastorales de los obispos españoles, se refirió a la dramática situación que han creado estas cifras y censuró con dureza las prácticas políticas irresponsables y el populismo inmoral que han conducido a la situación crítica que vive la sociedad española. Se refirió también a la gran capacidad de recuperación que tiene la sociedad española y la confianza que merece, criticando la inmoralidad de los mercados que hacen más difícil la situación al presionar sobre la economía del país. El Obispo de Almería sugirió la conveniencia de la continuidad de los programas para jóvenes patrocinados por la Unión.