El sábado, día 4 de junio, a las 19,30 horas, el Sr. Obispo Mons. Antonio Gómez Cantero, celebró la Santa Misa de acción de gracias por la reciente canonización del Hermano Carlos de Foucauld que tuvo lugar en la plaza de la basílica del Vaticano el pasado 15 de mayo junto a otros nueve beatos.
Concelebraron la Misa, Manuel Pozo Oller, párroco, los religiosos Hermanos del Evangelio André Berger y Paco (recién llegado de Ciudad Hidalgo en México) y Juan Manuel Díaz Sánchez. Sirvió el altar, Joaquín Espino Parra, diácono permanente.
El Sr. Obispo en su homilía glosó la vida de Carlos de Foucauld incidiendo en la acción de la gracia que le llevó a no cansarse nunca de buscar y así compartió la vida trapense. vivió en Nazaret y se ordenó de sacerdote de la diócesis de Viviers (Francia) antes de volver al norte de África donde antes estuvo de militar y explorador. La vida espiritual de Carlos de Foucauld en el desierto y en contacto con el pueblo de religión musulmana se nutrió del misterio de la Encarnación pues el Hijo de Dios al hacerse hombre “ocupó el último lugar de manera que nadie se lo podrá arrebatar”. Su apostolado fue siempre el de la cercanía, la amistad y la hospitalidad intentando que los que viesen se preguntaran, “si este hombre es tan bueno, cuanto más será su Señor”. El Sr. Obispo terminó con una exhortación a vivir en santidad y a descubrir a los santos, como comenta el Papa Francisco, “de la puerta de al lado”.
La oración de los fieles se realzó con textos de Carlos de Foucauld que fueron leídos a dos voces por André Berger, Hermano del Evangelio y Joaquín Espino, miembro de la Fraternidad Sacerdotal. Las ofrendas, presentadas por jóvenes de la Hermandad de Jesucristo Resucitado, fueron los símbolos eucarísticos de la luz, el pan y el vino para la Cena del Señor.
Al finalizar la celebración todos los presentes rezaron la Oración de Abandono compuesta por el nuevo santo en sus años de retiro en la Trapa y, terminada la oración, el párroco agradeció la presencia del Obispo que es también la primera visita a la parroquia.
La Santa Misa coincidió con el tercer día del triduo en honor de Jesucristo Resucitado, Señor de la Vida. La coincidencia ha sido una oportunidad para presentar a los hermanos cofrades la santidad como la primera aspiración de los bautizados con ejemplos tan significados como los nuevos santos canonizados en fechas recientes.
Al término de la celebración se bendijeron las nuevas medallas corporativas que fueron impuestas a catorce hermanos por el Sr. Obispo y el Hermano mayor, Juan Diego Linares. Una vez finalizada la Santa Misa los asistentes fueron invitados a pasar al salón parroquial donde se proyectó un audiovisual sobre la vida y espiritualidad del Hermano Carlos terminando con un animado diálogo que se prolongó a la salida con los saludos a amigos y conocidos venidos de la fraternidad secular de Roquetas de Mar y otros lugares de la diócesis.