Las previsiones fallaron. Al final hubo muchos más asistentes de los que se esperaban. Más de 300 voluntarios venidos desde los distintos rincones de la diócesis inundaron de caridad la antigua residencia universitaria de la calle San Leonardo de la Capital. Recién llegados los asistentes pudieron hacer una «visita guiada» por Betania para ir predisponiendo el corazón a lo que iban a vivir.
El encuentro comenzó con la ponencia del Delegado diocesano para la acción social, D. Juan Antonio Plaza Oña en la que reinterpretó el texto de Betania desde las claves de una caritas parroquial: «Cuando se opta por los pobres un aroma especial fluye, el servicio facilita el camino, dándonos a aquel a quien se nos acerca» o «una comunidad que sabe acompañar, recibe a las personas con dignidad, escucha, compartiendo espacios e intentando compartir vida» fueron algunas de las afirmaciones de su enérgica charla.
Después de un desayuno compartido llego el momento de los talleres: el proyecto textil de caritas diocesana Koopera, el trabajo del proyecto de migraciones que se desarrolla en el poniente almeriense, «de lo asistencial a lo promocional» contado por Caritas San Agustín y la organización de las caritas parroquias desde la experiencia de Santa María de Belén, fueron las cuatro experiencias que pudieron, por grupos, conocer todos los voluntarios que asistieron al encuentro. La comida y los besos regalados fueron pusieron el colofón al encuentro. La pilas cargadas para trabajar con más amor y servicio, y las ganas de encontrarnos el año que viene, los frutos de esta reunión anual de voluntarios de caritas.
