
A su llegada a Almería, D. Antonio Gómez Cantero prometió conocer todos los rincones de la diócesis. Y va por buen camino ya que empiezan a ser, cada vez menos las parroquias, sacerdotes, religiosas y laicos que no han tenido la oportunidad de tener un encuentro con el obispo coadjutor.
Ayer, 16 de septiembre, era el turno de la Villa de Laujar. La ocasión: la novena en honor a Nuestra Señora de la Salud. El obispo coadjutor presidió la eucaristía dedicada a Clero diocesano de Almería. En su homilía explicó el origen de la devoción a la Virgen de la Salud que se remonta al año 358 cuando los cristianos llamaron a María “Salud del pueblo Romano”. En sus palabras felicitaba al pueblo por la belleza del templo y lo bien cuidado que está.
Al final de la celebración, se le impuso la medalla como hermano honorario de la hermandad de la Virgen de la Salud, San Vicente Mártir y el Santísimo Cristo de las Penas y se le regaló una placa de recuerdo por esta visita. También tuvo ocasión de saludar y tener un diálogo cercano con la alcaldesa de la localidad, Dª Almudena Morales y al resto de la corporación municipal