La Loma de Albox vive una multitudinaria celebración donde el obispo impartió los tres sacramentos de la iniciación cristiana

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

En una abarrotada plaza de san Francisco, y presididos por el Santísimo Cristo de la Misericordia, ochenta personas fueron confirmadas. Dos de ellas, además, recibieron las aguas bautismales y cuatro comulgaron por primera vez. Una gran fiesta eclesial que, a través de la cercanía y catequesis del Obispo, se transformó en un alegre encuentro familiar.

Un altar en mitad de la plaza de San Francisco

Aunque la Iglesia Parroquial de la Concepción no es pequeña, el alto número de confirmados y las elevadas temperaturas, hicieron que la celebración se trasladase a la plaza de san Francisco. Con la ayuda del Ayuntamiento, así como de numerosos voluntarios, se elevó un precioso altar efímero que presidía el Santísimo Cristo de la Misericordia. Esta imagen, de la Cofradía de san Juan Evangelista, es la más querida por los cofrades coloraos y la emoción era palpable. Como dice el secretario de la Cofradía, Miguel Ángel Reche Berbel: «Esta idea propuesta por nuestro Consiliario y que fue tratada por la Junta de Gobierno, supone un especial acontecimiento en este V aniversario de su bendición y del Privilegio Colorao, ya que con tal presidencia junto al Sr. Obispo se realza aún más a la imagen titular del Santísimo Cristo de la Misericordia».

Junto al estrado el Coro Parroquial de la Concepción, dirigido por José Masegosa Chacón, afinaba instrumentos y voces para estar a la altura de esta ceremonia. Poco a poco, los familiares y amigos de los confirmandos llenaban la plaza. Entre éstos, la Alcaldesa albojense, María del Mar Alfonso Pérez, y el Delegado territorial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural, Antonio Mena Rubio. Ambos, además de su representación institucional, festejaban la confirmación de dos familiares. Dentro del templo parroquial, los confirmandos – algo nerviosos – aguardaban la inminente llegada del Prelado.

«No son ochenta confirmandos sin más, sino ochenta experiencias preciosas de la acción de Dios»

El entusiasmo de los confirmados era comprensible. A lo largo de este año, han intensificado sus catequesis y encuentros para disponerse bien. Miércoles tras miércoles, así como en otros momentos celebrativos, han contado con distintos testimonios de cristianos que han compartido sus vivencias con ellos. Una larga hilera de colaboradores, entre los que se han contado sacerdotes, matrimonios veteranos, jóvenes comprometidos, religiosas…

Según testifica el párroco, Antonio Jesús María Saldaña Martínez: «No son ochenta confirmados sin más, sino ochenta experiencias preciosas de la acción de Dios. En este tiempo, hemos podido acoger a personas con circunstancias y caminos muy diferentes… Pero que se han encontrado con Jesucristo y quieren vivir guiados por Él. Hay abuelos que harán su primera comunión, chicos que han optado por el Bautismo, matrimonios jóvenes que han redescubierto este don, personas que han tenido que enfrentarse a enfermedades, chicos que se preparan para avanzar en sus estudios… Realmente el Espíritu sigue repartiendo sus dones».

«¿Sabéis en dónde os estáis metiendo?»

Nada más llegar el Obispo, Antonio Gómez Cantero, daba comienzo esta gran celebración. La solemnidad litúrgica no impidió la familiaridad, en una Santa Misa en la que concelebraron el párroco de Santa María de Albox, don Antonio José Villegas Romero, y don Domingo Fernández Navarrete, presbítero que disfruta de su jubilación en su pueblo natal. A pesar de las dimensiones de la plaza, próxima al tráfico y a las terrazas de ocio, todo fue inundado por la espiritualidad. Algunos optaron por participar en la ceremonia desde sus propios balcones.

El Obispo, al comenzar la homilía, desconcertó a todos cuándo les espetó: «¿Sabéis en dónde os estáis metiendo?». Y, de esta manera y ayudándose de varias anécdotas personales, fue explicando el verdadero sentido de ser cristianos y miembros de la Iglesia. Con gran claridad catequética, trató de presentar la verdadera esencia de la fe católica y desveló el sentido de los signos litúrgicos de esta gran celebración.

Guiados por el Obispo, dos hermanos recibieron las aguas bautismales y recibieron sus vestiduras blancas, junto con sus cirios prendidos. Un gran aplauso marcó su entrada en la Iglesia, ante el enternecimiento de todos los fieles. A continuación, y después de imponerles las manos, los confirmados fueron recibiendo la Unción de manos del Prelado.

«Ahora el que se emociona soy yo»

Concluidas las unciones, la liturgia eucarística continuó como de costumbre. Se ofreció una plegaria especial por el sacerdote Rafael Zurita Jiménez, pues se conmemoraba el cuarto aniversario de la muerte de quién sirviera a los albojenses por casi veinte años. Al momento de distribuir la Sagrada Comunión, cuatro fieles adultos lo hicieron conmovidos por primera vez. Una verdadera acción de gracias que, con palmario cariño, se hizo patente cuando los confirmandos tomaron la palabra. Con sencillez, declararon su alegría por recibir el Espíritu Santo y pidieron la ayuda de la Pequeñica para continuar su itinerario de fe.

Los ochenta confirmandos quisieron demostrar su gratitud al Obispo con un obsequio: un retablo cerámico, obra del ceramista lorquino Juan Larios, que representa a san Antonio de Padua con elementos del pueblo natal del Prelado. Al escucharlos y poder tener en sus manos el regalo, el Obispo declaró: «Ahora el que se emociona soy yo».

También agradeció su presencia la catequista, Encarnación Castillo Vilches, que definió muy bien su labor: «Solo hemos tratado de facilitar a todos estos confirmados su encuentro con Jesús, porque es Él quien los llama y es Él quien actúa en sus vidas». Recordó, igualmente, que algunos de los confirmandos habían sido preparados por ella para recibir su Primera Comunión hace años.

Una gran fiesta de la fe en vísperas del 125 aniversario de la parroquia de la Concepción

Antes de poner punto y final a la gran celebración, con el himno del beato Juan Ibáñez, el Obispo volvió a dirigirse a los fieles para invitarles a seguir avanzando como comunidad. Ya en la Iglesia Parroquial, se llevó a cabo la consabida fotografía grupal y el obsequio de los confirmandos. También se entregó a todos los fieles un recordatorio del evento, con una enseñanza del Obispo.

Ha sido, sin duda, una gran fiesta de la fe y del sentido de la comunidad cristiana. Una preparación intensa, con una celebración participativa y llena de espíritu religiosa. En definitiva, un magnífico modo de ir principiando las conmemoraciones por el 125 aniversario de la Parroquia de la Concepción de la Loma de san Francisco de Albox.

Fotos FÁBREGA

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