El pasado viernes 24 de enero, la Iglesia Parroquial de Huércal Overa fue el escenario de una celebración única: la institución de los ministerios de lector y acólito para nuestros seminaristas Antonio, Juan Antonio y Jesús. Laicos, jóvenes, seminaristas, religiosas y sacerdotes de toda nuestra diócesis los acompañaron en esta celebración tan especial, presidida por nuestro obispo, Antonio Gómez Cantero.
Una celebración a los pies del Cura Valera
Los asistentes coincidieron en que fue un momento cálido y familiar. Durante la homilía, don Antonio exhortó a nuestros seminaristas a que estos ministerios sirvieran para profundizar en la Palabra de Dios y en la Eucaristía, tanto en su vida interior como en su labor pastoral. Sobre todo, los animó a crear comunidad allá donde estuvieran.
Tras la homilía, se llevó a cabo el rito de institución. Después de un momento de silencio y oración, el obispo pronunció las palabras de bendición sobre los candidatos. El rito culminó con la entrega del leccionario al nuevo lector y del cáliz y la patena a los nuevos acólitos.
La importancia de esta celebración fue aún mayor gracias a la figura del Venerable Salvador Valera Parra, conocido como el Cura Valera, quien estuvo muy presente. Su vida es un modelo de entrega y fidelidad para nuestros sacerdotes y seminaristas. Además, el cáliz utilizado durante la celebración, que fue entregado a los nuevos acólitos, perteneció al venerable sacerdote, lo que fortalece aún más a nuestros seminaristas en su proceso formativo.
Los ministerios de lector y acólito
El pasado viernes, nuestros seminaristas recibieron los ministerios de lector y acólito, que en su proceso formativo son pasos imprescindibles antes del diaconado y el presbiterado. Sin embargo, estos ministerios no son solo «un paso más» en su formación; son una bendición, una gracia de Dios que los ayuda en su día a día. El lectorado los impulsa a estudiar y vivir la Palabra de Dios, mientras que el acolitado los llama a servir en el altar, con la Eucaristía como centro de su vida.
Un momento de gracia y bendición para nuestro seminario
Esta celebración ha sido un momento de gracia para nuestros seminaristas, quienes se preparan en el seminario para, en el futuro, ser sacerdotes según la llamada que Dios les hizo a cada uno de ellos.
Pidamos mucho por nuestro seminario y para que sigan surgiendo muchas y santas vocaciones. Que más jóvenes se sientan llamados a ser «puentes entre Dios y los hombres» por medio del servicio, la caridad y los sacramentos.