El pasado domingo I de Adviento la Comunidad católica rumana de rito oriental (greco-católicos) tributaba un homenaje a nuestro Obispo diocesano con motivo de su 75º cumpleaños y jubilación. La comunidad había invitado a Mons. González Montes por medio del P. Jorge Boros, capellán responsable pastoral de la comunidad, a que les presidiera la Divina Liturgia, es decir, la Misa de rito bizantino que tradicionalmente celebran los católicos orientales no latinos. Acompañado por el diácono Mariano García Lamarca, el Obispo fue recibido a la puerta de la iglesia de la Sagrada Familia, de la calle Reyes Católicos, en la capital, donde tiene su domicilio canónico la comunidad. La celebración de la santa Misa en rumano y español, fue presidida por el Prelado diocesano y concelebrada por el P. Boros, asistidos por el mencionado diácono.
Al final de la celebración, el P. Boros agradeció al Obispo la acogida de esta comunidad de emigrantes rumanos católicos orientales, que se han sentido como en su casa. El Obispado rehabilitó la iglesia de la Sagrada Familia, capilla del antiguo Convento de las Damas Catequistas, fundadas por la religiosa almeriense de Vélez Rubio, la Beata María Dolores Rodríguez Sopeña. La planta de cruz griega se adaptó a las exigencias del rito, instalándose un bello iconostasio, obra de un artista ortodoxo ruso. Funciona como “cuasi parroquia” al servicio de la comunidad, iglesia donde también celebran más espaciadamente los católicos ucranianos de rito oriental.
El Prelado ha estado muy unido a esta comunidad acogida con fraternal afecto, del mismo modo que el Obispo ha ayudado en lo posible a la comunidad rumana ortodoxa, particularmente a la parroquia ortodoxa del Bautismo del Señor de Roquetas de Mar, siendo condecorado hace dos años con la Cruz pectoral eparquial del Obispado para España y Portugal de la Iglesia Ortodoxa Rumana. El pasado domingo, en la comunidad católica se hacía presente el Cónsul de Rumanía para agradecer al Obispo González Montes su atención por la comunidad rumana, entregándole una placa con dedicatoria de sentido agradecimiento, y para transmitirle el saludo y afecto de la Embajada de Rumanía.
No faltó tampoco la tarta por el cumpleaños y las preciosas velas navideñas para añadir al icono de San José que Enmanuel Boros, el hijo mayor de la familia del P. Boros, pintó para el Obispo. El acto se colocó lo más cerca posible de la Fiesta Nacional Rumana que se celebra el 1 de diciembre, aniversario de la Gran Unión de la Nación Rumana con la incorporación de Transilvania en el año de1918.
Al finalizar la Misa el acto de homenaje comenzaba con la interpretación de los himnos español y rumano. Un buen número de feligresas vestían el traje típico rumano, responsables del convite tradicional preparado con gran esmero con motivo de la fiesta.
