Huérfano de 14 años y traído a Roma por su tío, san Pancracio se convirtió a la fe y fue martirizado al día siguiente de su bautismo, en la última gran persecución que Diocleciano protagonizó contra el cristianismo. Rechazando premios y ayudas para el futuro si renegaba de su fe, Pancracio no dudó en sacrificar su juventud para mantenerse fiel a Cristo, en el mismo día que también fueron martirizados san Nereus y san Aquileo.
El Papa Vitaliano envió sus reliquias desde el cementerio de Calepodius, en Roma, hasta Inglaterra para evangelizarla. San Agustín de Canterbury dedicó la primera Iglesia de Inglaterra a San Pancracio.
Su historia y fama de santidad llegan hasta nuestros días, como bien lo constata el barrio de Santa María del Águila, Venta Carmona, donde el pasado fin de semana celebraron sus fiestas patronales en honor de este santo romano, con la celebración de la Eucaristía presidida por el párroco, Mariano Carlos Delgado, y arropada por la presencia del alcalde de El Ejido, Francisco Góngora, junto con el resto de miembros de su equipo de gobierno y los feligreses de este anclave del poniente almeriense.
Tras la santa Misa, la venerada imagen del santo Patrón salió en procesión por las principales calles de este barrio de Santa María del Águila.