Ayer, a las 13:00 horas, se celebró en la Casa Sacerdotal de Almería la tradicional felicitación navideña a la Curia diocesana, encabezada por el obispo, D. Antonio. El acto comenzó con unas palabras del Vicario General, quien destacó el papel de la Curia como un servicio a la diócesis, no solo como un organismo administrativo, sino como “manos que sirven y oídos que escuchan”. Resaltó la importancia de trabajar en comunión y sinodalidad, comparando la labor de la Curia con la diligencia de María en las bodas de Caná, siempre atenta a las necesidades.
En este contexto, se dio un agradecimiento especial a Vasyl, sacerdote ucraniano que ha servido como secretario en los últimos años y que ahora se traslada a Sevilla. Su compromiso y entrega fueron reconocidos por todos los presentes.
Durante su intervención, D. Antonio centró su mensaje en lo esencial de la Navidad, recordando que el Hijo de Dios “acampó entre nosotros” de manera discreta, tal y como nos narran los belenes tradicionales. Comparó este acontecimiento con las escenas de la vida cotidiana de entonces, como los pastores y la lavandera que seguían con sus tareas, ajenos al gran acontecimiento que estaba teniendo lugar.
El acto concluyó con la entrega de un obsequio al obispo y un brindis en el comedor de la casa sacerdotal, donde los miembros de la Curia compartieron un vino español en un ambiente de fraternidad y comunión. Este encuentro sirvió para reforzar los lazos de unidad y renovar el compromiso con el servicio a la diócesis en el marco de la celebración del nacimiento de Jesús.