Alocución de respuesta a la felicitación de Navidad de los Religiosos y Religiosas de la Diócesis de Almería
Queridos Religiosos y Religiosas:
Gracias de verdad por las palabras de felicitación que el Presidente de la Confer diocesana acaba de expresar en nombre de todos vosotros. Como los sacerdotes religiosos han acudido en mayoría a la felicitación navideña del Clero, quiero dirigir estas palabras con espacial afecto a las Religiosas.
Sois, queridas religiosas, con vuestra vida de consagración a Dios y servicio a los hermanos, un testimonio vivo del amor de Dios en la sociedad. Permitidme que os manifieste el agradecimiento de la Iglesia diocesana por el cuidado de los niños mientras sus padres trabajan, por la empresa humana que es la educación de la infancia y de la juventud como educadoras de la persona en crecimiento y desarrollo de sus facultades.
Os habéis consagrado a Dios y le servís con amor en los hermanos manifestando así el rostro de la Iglesia madre, cuidando a los enfermos y a los ancianos, o tratando de recuperar a las personas arrastradas por la necesidad y la corrupción social que han cedido al comercio del cuerpo como medio de vida. Sabemos cuánto amor ponéis en tantas cosas que sólo las religiosas pueden emprender. Algunas trabajáis por la promoción de las jóvenes y otras ayudáis a los inmigrantes a encontrar el lado humano de la vida, acogiendo a los más necesitados y acompañándoles en los primeros pasos en una sociedad que les es extraña, aunque sólo sea porque no es al suya.
La Navidad nos descubre a todos que es posible que Dios nazca en el corazón del hombre si está dispuesto a recibir el amor de Dios que le redime. Con la ayuda de los hombres y mujeres que habéis seguido a Jesús por el camino de los consejos evangélicos, la ayuda la Iglesia sigue llevando el amor divino a los hombres de nuestro tiempo. Para que siga siendo así, deseo en esta Navidad que sepamos todos acoger la Palabra que se hizo carne por nosotros; y que sepamos transmitir esta Palabra que nos revela el amor humanado del Hijo de Dios.
Que la oración de las religiosas contemplativas, a las que tenemos aquí muy presentes en este día, nos sostenga en el empeño de llevar la Palabra de Dios a los hombres de nuestro tiempo. Con nuestras solas fuerzas nada podríamos hacer por nuestra salvación sin la gracia de la redención, y sin la acción del Espíritu santificador vanos serían nuestros esfuerzos por lograr una santidad imposible. Que la oración de todas las comunidades religiosas nos alcance del Niño de Belén el don de la gracia santificadora, que consagre nuestras horas y nos haga crecer en humanidad en un mundo que tanto necesita llegar a ser verdaderamente humano.
Deseo a todos los religiosos y religiosas de la diócesis unos felices días de Navidad, en gozosa convivencia fraterna y adoración contemplativa del Niño de Belén, acompañando a su Madre y a san José absortos en el misterio del amor encarnado de Dios.
¡Feliz Navidad!
Almería, 21 de diciembre de 2011
XAdolfo González Montes
Obispo de Almería