El pasado 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, falleció en Almería, donde residía, Dª Antonia Granados Garín, miembro de la Asociación de fieles de vida consagrada, de derecho diocesano «Familia de Dios», entidad promotora del Colegio Mater Asunta de la ciudad y de la Fundación «Casa de Oración El Pocico», de Aguadulce.
Antonia, conocida por el apelativo familiar de Nuni, había nacido en Almería el 11 de marzo de 1940, siendo la tercera de los cinco hijos habidos en una familia cristiana, formada por D. Gabriel Granados López y Doña Antonia Garín Alcalá-Galiano
Bautizada el 8 de abril de 1940 en la parroquia de San Pedro, el domicilio familiar se trasladó posteriormente a la demarcación de la parroquia de San Sebastián, a la que, desde la juventud, se vinculó su vida cristiana. Desarrolló sus primeros años escolares en el Colegio «Stella Maris» de la ciudad, donde hizo la catequesis de su primera Comunión, que recibió en el santuario de la Patrona, la Virgen del Mar.
En el Instituto de E.M. realizó los estudios de bachillerato y pasó a la Escuela de Magisterio. Tras unos meses ejerciendo la docencia como interina en Alhabia, opositó al Cuerpo de Maestros en el que ingresó y obtuvo plaza en 1963 como funcionaria de carrera, siendo su primer destino, como profesora de Adultos en la Cañada (Almería), donde ejerció varios años impartiendo estas enseñanzas en el marco de la campaña nacional de Alfabetización y Educación de Adultos organizada entonces por el Ministerio de Educación. Durante esta época fue una asidua colaboradora en la pastoral de la parroquia de San Urbano, participando activa y especialmente en las jornadas con jóvenes.
Concursó a plaza de 10.000 habitantes y obtuvo en 1967 escuela en la localidad sevillana de Constantina, de donde fue propuesta al año siguiente, como funcionaria pública para desempeñar su función profesional como maestra del Colegio Mater Asumpta de Almería, acogido a la sazón al régimen de patronato, vigente en la legislación de entonces y que pasaría posteriormente al régimen concertado. En este Colegio de confesionalidad católica, promovido por la Asociación «Familia de Dios» fundada por el sacerdote D. Miguel Sánchez Martínez, Antonia ha permanecido ininterrumpidamente, ejerciendo su vocación docente y apostólica en medio del mundo, hasta su jubilación en 2004. Hasta esta fecha, y desde 1977 ha sido, a la vez que docente, la directora del Centro.
Le fue diagnosticada una irremediable enfermedad hace algo más de dos años y Antonia ha continuado con su activa naturalidad, con la dedicación, la servicialidad de siempre, mostrando la profundidad de su perenne y confiada paz, a la espera, consciente, de la visita final del Señor. Así, descansó humilde, dulce y silenciosamente en las manos de quien se ha sabido y sentido amada.
Ha edificado a cuantos la han conocido, por sus rasgos de afabilidad, su fe firme y consecuente. Mujer preparada, diligente, dotada de una inteligencia práctica muy abarcadora y amplia, resuelta, firme, pero amable y sencilla, decidida y tenaz, solvente y afincadamente fiel y bondadosa, sin haberlo pretendido jamás, deja una huella de ejemplaridad entre compañeros, profesores, alumnos de varias promociones, familiares y amigos, quienes la han acompañado en estos meses y han participado masivamente en la misa exequial concelebrada por un grupo numeroso de sacerdotes, en la Parroquia de San Pedro Apóstol.
Tras la misa, sus restos fueron inhumados y aguardan la resurrección final en el cementerio de San José, de la ciudad.
