El pasado día 28 de mayo, el auditorio diocesano Juan Pablo II acogía una reunión del obispo coadjutor con el clero diocesano. El objetivo de la misma era “dar a conocer las instrucciones de la Congregación de los Obispos que han acompañado la versión original del Decreto para el Obispo Coadjutor de Almería, evitando así cualquier tipo de equívocos o malas interpretaciones”.
En su discurso se detallaron las facultades especiales exclusivas que se conceden al Obispo Coadjutor que, en resumen, son equiparables a la plena jurisdicción del obispo diocesano, es decir que el Obispo Coadjutor tiene toda la potestad de gobierno.
“En estos momentos necesitamos más que nunca humildad y unidad. Y sobre todo mirar a nuestra tarea evangelizadora, que es para lo que estamos y no perdernos en guerras internas, afirmaba D. Antonio Gómez.
“Todos debemos pedir perdón al laicado de nuestras parroquias por el mal ejemplo que les podemos dar”, reconocía a los sacerdotes presentes exhortándolos a la unidad y a trabajar y remar unidos con la vista puesta en el nuevo sínodo convocado por el Papa Francisco con el lema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.