El Secretariado para el diálogo interreligioso invita a celebrar el día internacional de la fraternidad humana

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

Este próximo domingo 4 de Febrero celebramos el Dia Mundial de la Fraternidad Humana,  que fue proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 21 de diciembre de 2020 a través de la resolución 75/2001, con el fin de promover la tolerancia cultural y religiosa, inspirado en el encuentro entre el Papa Francisco y el Gran Imán de Al- Azhar Ahmed El Tayeb del día 4 de Febrero 2019 y en la firma del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común.

En este quinto aniversario de ese encuentro queremos unirnos al sufrimiento de tantos hombres y mujeres que sufren en este momento de la Historia por motivo de las distintas guerras actuales y deseando que la celebración del Día Internacional de la Fraternidad Humana sea un grito, expresión de nuestro deseo de paz.

Os hacemos llegar una parte de ese texto para sumarnos al deseo del Papa y del Gran Iman de que se vaya conociendo su contenido y pueda ayudarnos a la reflexión y a la construcción de entornos de paz.

Os adjuntamos, así mismo, el link para acceder al documento completo (https://www.vatican.va/content/francesco/es/travels/2019/outside/documents/papa-francesco_20190204_documento-fratellanza-umana.html) por si os parece de interés.

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Desde el Secretariado para el Diálogo interreligioso y la Delegación de Ecumenismo, en este quinto aniversario del encuentro del Papa Francisco con el Gran Imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayyeb que dio origen a la proclamación del 4 de Febrero como el DIA INTERNACIONAL DE LA FRATERNIDAD HUMANA por parte de la ONU con el fin de promover la tolerancia cultural y religiosa.

Uniéndonos al sufrimiento de tantos hombres y mujeres que sufren en este momento de la Historia por motivo de las distintas guerras actuales y convencidos de la necesidad de alentar la tolerancia y la reconciliación.

Retomamos parte del texto firmado por el Papa y el Iman como un grito por la paz:

 “Nosotros —creyentes en Dios, en el encuentro final con él y en su juicio—, desde nuestra responsabilidad religiosa y  moral, y a través de este Documento, pedimos a nosotros mismos y a los líderes del mundo, a los artífices de la política internacional y de la economía mundial, comprometerse seriamente para difundir la cultura de la tolerancia, de la convivencia y de la paz; intervenir lo antes posible para parar el derramamiento de sangre inocente y poner fin a las guerras, a los conflictos, a la degradación ambiental y a la decadencia cultural y moral que el mundo vive actualmente.

Además, declaramos —firmemente— que las religiones no incitan nunca a la guerra y no instan a sentimientos de odio, hostilidad, extremismo, ni invitan a la violencia o al derramamiento de sangre. Por esto, nosotros pedimos a todos que cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo o al fanatismo ciego y que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión.

Este Documento declara lo siguiente:

– La fuerte convicción de que las enseñanzas verdaderas de las religiones invitan a permanecer anclados en los valores de la paz; a sostener los valores del conocimiento recíproco, de la fraternidad humana y de la convivencia común.

– El diálogo, la comprensión, la difusión de la cultura de la tolerancia, de la aceptación del otro y de la convivencia entre los seres humanos contribuirían notablemente a que se reduzcan muchos problemas económicos, sociales, políticos y ambientales que asedian a gran parte del género humano.

– El diálogo entre los creyentes significa encontrarse en el enorme espacio de los valores espirituales, humanos y sociales comunes, e invertirlo en la difusión de las virtudes morales más altas, pedidas por las religiones; significa también evitar las discusiones inútiles. 

En conclusión, deseamos que esta Declaración sea una invitación a la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad;

sea un llamamiento a toda conciencia viva que repudia la violencia aberrante y el extremismo ciego; llamamiento a quien ama los valores de la tolerancia y la fraternidad, promovidos y alentados por las religiones;

sea un símbolo del abrazo entre Oriente y Occidente, entre el Norte y el Sur y entre todos los que creen que Dios nos ha creado para conocernos, para cooperar entre nosotros y para vivir como hermanos que se aman

Esto es lo que esperamos e intentamos realizar para alcanzar una paz universal que disfruten todas las personas en esta vida.”

Ver este artículo en la web de la diócesis

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