Como todos los años, el día 7 de octubre, la villa de Macael amanecía llena de alegría por la celebración de la fiesta en honor de su patrona, la Santísima Virgen del Rosario. Después de que el año pasado debido a la pandemia hubiera que adaptar todos los cultos a la situación derivada de la pandemia este año todo ha transcurrido con normalidad y en el ambiente se palpaba la devoción de los macaeleros que deseaban celebrar las fiestas en honor de su Madre y Patrona y verla procesionar por sus calles.
Los cultos en honor de la Virgen, comenzaron con el solemne septenario, durante el cual, diferentes sacerdotes de nuestra diócesis predicaron ayudando así a conocer y a amar más a la Santísima Virgen del Rosario y preparando al pueblo para la celebración del día de la Virgen del Rosario.
El día 7 de octubre a las 9:00 de la mañana se celebraba la misa con la que se inauguraba tan gran día, dando paso a la 11:00 de la mañana a la Solemne Misa en Honor de la Santísima Virgen del Rosario, presidida por nuestro obispo D. Antonio, que en la homilía hizo un repaso histórico acerca de cómo comenzó la Iglesia a rezar el Santo Rosario, y a la importancia de recuperar en nuestra vida cristiana los pequeños detalles como rezar el Rosario, para acercarnos a Dios y a la Virgen María nuestra madre.
Tras la Santa Misa, el pueblo de Macael tuvo el privilegio de que nuestro Obispo acompañara la procesión, algo que llenó a todos los macaeleros de alegría. Después de concluir la procesión y de que D. Antonio tuviera un pequeño encuentro con diferentes autoridades y miembros de la parroquia, la jornada terminó con una comida que el Sr. Obispo compartió con los diferentes sacerdotes que acudieron a la celebración.
En definitiva un día de dicha para todo el pueblo de Macael por honrar a su Patrona y por recibir por primera vez la visita de nuestro obispo, todo esto enmarcado en el XXX Aniversario de la Dedicación templo parroquial de la villa.