
El Obispo diocesano Mons. Adolfo González Montes presidió el domingo en la alpujarreña villa de Dalías la misa estacional de la fiesta del Santísimo Cristo de la Luz. Acudió como tantas veces en los años de su pontificado a una de las fiestas más concurridas de la diócesis, sin duda la que más peregrinos atrae de todo el Poniente almeriense. Llegan los peregrinos a lo largo del septenario, para los cuales se abre un camino de especial protección para que puedan subir hasta la iglesia parroquial de Santa María de Ambrox, domicilio de la sagrada imagen de Cristo crucificado.
No faltaron autoridades locales y provinciales, y los cofrades de la Real y Muy Ilustra Hermandad del Santísimo Cristo de la Luz, con el nuevo Hermano mayor al frente, elegido el pasado mes de marzo, Gabriel Lirola Aguilera. Con las limitaciones que la prudencia imponía ante el riesgo del contagio de conoronavirus-19, no pudo experimentarse la emoción de la bajada tradicional del Cristo, pero esto no fue óbice para que los fieles acudieran ante la sagrada imagen tanto para participar en las misas del día como para orar en su presencia.
El Obispo diocesano pronuncio la homilía que colgamos a continuación.