EL CURA VALERA DE HUÉRCAL-OVERA SERÁ PROCLAMADO BEATO

Diócesis de Almería
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La diócesis de Almería es una sede episcopal sufragánea de la archidiócesis de Granada, en España. Su sede es la Catedral de la Encarnación de Almería.

La diócesis de Almería está de fiesta porque uno de sus mejores hijos va a ser proclamado Beato: el Venerable sacerdote Salvador Valera Parra, Párroco de Huércal-Overa, conocido popularmente como “el Cura Valera”, será elevado a los altares.

Su Causa de canonización, que comenzó en 1991, tras varios a lo largo de más de un siglo, ha concluido su fase romana tras el largo estudio realizado por el Dicasterio para las Causas de los Santos de Roma del milagro atribuido a su intercesión, lo que abre la puerta a la próxima ceremonia de Beatificación que esperamos pueda celebrarse en 2026.

El Boletín oficial de la Santa Sede del 20 de junio recogía esta noticia, que ha sido recibida en la diócesis con repique de campanas y un comunicado oficial de la Postulación de la Causa.

¿QUIÉN ES EL CURA VALERA?

El Cura Valera nació en Huércal-Overa (Almería) el 27 de febrero de 1816 en el seno de una familia pobre y humilde, en un tiempo difícil por la presencia de continuas epidemias, hambrunas y persecuciones a la fe, forjando una fe firme que le hizo un auténtico apóstol de Cristo. Se conserva la casa natal en la calle que lleva su nombre. Estudió en el Seminario de San Fulgencio de Murcia, diócesis a la que entonces pertenecía esta Parroquia. Ordenado sacerdote a los 24 años en 1838, destaca por un celo ardiente, humildad profunda, sencillez encantadora, generosidad admirable y caridad sin límites. Ejerce su ministerio en las parroquias de Alhama de Murcia y Cartagena hasta que en 1868 regresa como Párroco a su pueblo natal. Siempre dispuesto a repartir su comida y vestidos, pasa las noches en vela cuidando enfermos y moribundos, ofreciendo a todos el auxilio espiritual. La Virgen se convierte en la principal confidente de sus desvelos. Atendió con heroísmo a los enfermos del cólera en las epidemias de entonces. Ante el peligro de terremotos nunca quiso abandonar a su pueblo si no lo hacían también los presos a los que socorría. En atención a su entrega recibió varios premios y condecoraciones civiles. El 15 de marzo de 1889, tras una vida sacerdotal entregada y acompañada de signos extraordinarios muere en olor de santidad. Su cuerpo reposa junto al altar de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Huércal-Overa, donde se conserva viva su fama de santidad.

Ya en vida del Siervo de Dios era admirado por sus virtudes cristianas y sacerdotales, e incluso se le atribuían hechos milagrosos, por lo que el entonces Arzobispo de Valencia dijo de él: «no estoy hablando de un hombre ni de un sacerdote, hablo de un ángel». Son innumerables los testimonios de fama de santidad y de signos de don Salvador Valera recabados a lo largo de los años y que sigue viva en la actualidad, llegando a ser definido como «el Cura de Ars español», pues vivió su ministerio sacerdotal principalmente en su pueblo natal de Huércal Overa. No se conocen de él escritos ni grandes hazañas, no fue fundador de ninguna Congregación religiosa, sólo brilla en él la vivencia profunda de su ser sacerdotal, fundamentada en la Eucaristía y la oración, en la entrega de su vida por sus feligreses, en la caridad continua hacia ellos, llevándolos a Cristo el Señor de nuestra vida.

EL MILAGRO RECONOCIDO A SU INTERCESIÓN

En la noche del 14 de enero de 2007 el niño Tyquan Hall nació en el Memorial Hospital de Rhode Island en Providence (Estados Unidos), pero apenas tiene pulso y respira, tiene una frecuencia cardíaca baja, está pálido y cianótico. La situación se presenta grave. Iniciados los protocolos de recuperación neonatal, una hora después no se aprecian signos de mejoría, la enfermera no le encuentra el pulso ni el latido del corazón. El médico que lo atiende, Dr. Juan Sánchez-Esteban, natural de Huércal-Overa, en su desesperación, se acuerda de lo que sus padres le han enseñado desde pequeño, y pide la intercesión de su paisano con una oración: “Cura Valera, he hecho todo lo que ha sido posible, ahora te toca a ti”. Comienza a caminar por el pasillo para ir a comunicar a los padres la muerte de su hijo, pero la enfermera avisa al médico de que el niño se está recuperando. Unos minutos después de la oración, el niño comenzó a respirar y a latir su corazón con normalidad. Tras este difícil episodio, Tyquan debería haber quedado afectado por daños en su desarrollo como una parálisis cerebral y discapacidad mental y física, en el área del lenguaje y de la motricidad, pero no queda en él secuela alguna.

El proceso canónico de investigación de este presunto milagro se llevó a cabo en la diócesis de Rhode Island en Providence (Estados Unidos) del 8 al 19 de septiembre de 2014. El 26 de junio de 2015 se declaró la validez de la fase diocesana. Tras la preparación de la Positio de estudio de este presunto milagro en el Dicasterio para las Causas de los Santos de Roma, ha superado de forma positiva el estudio de los historiadores y de los teólogos, así como de la compleja Consulta Médica y de la sesión plenaria de Cardenales y Obispos del Dicasterio, que han presentado al Papa León XIV las conclusiones finales y él las ha recibido y aprobado favorablemente.

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